La pregunta de esta noche tiene que ver con la gloria y el significado que tendría la gloria cuando rezamos el Padre Nuestro y pensamos en los conceptos de «el Reino y el poder y la gloria». Cuál es la gloria que pertenece al Padre, o al Creador, y qué papel desempeñamos en esa gloria, cómo ofrecemos la gloria, y… con eso basta.
(Carla canalizando)
Q'uo
Yo soy Q’uo, y saludo a cada uno en el amor y la luz del único Creador infinito. Es un privilegio y un placer compartir esta meditación con ustedes. Podemos decir, para aquellos lo suficientemente sensibles como para sentir la presencia de otra entidad, que el conocido como Latwii está con este grupo esta noche, habiendo sido llamado en apoyo pero no para hablar. Habiendo respondido al desafío, el contacto prefiere ser silencioso y de apoyo.
Alegría, adoración, alabanza, honor, gloria. Dentro de tu ilusión puedes ver la gloria. Existe instintiva y continuamente. Cada creación de la tierra y del mar y del aire compartiendo sus hojas susurrantes, sus ramas orgullosas y robustas, su magia curativa, su dulce lluvia, compartiendo todo, la gloria de un arco iris o de una bella escena, no es simplemente la expresión de admiración del territorio geográfico sino una oración de agradecimiento a su Creador que ha hecho bien todas las cosas.
Este instrumento, encontramos, ha hecho esta pregunta porque en la mente de este instrumento el concepto de humildad es congruente con la idea de servicio a los demás. Así, el instrumento se pregunta cuál es el lugar de la gloria en la vida del buscador. Dentro de la vida cotidiana la gloria es contemplada por muchos ojos y vista por pocos corazones en verdadera percepción. La mayoría de las entidades sentadas en medio de la belleza gloriosa encuentran que tienen una tarea que hacer que debe ser hecha, que mantiene el ojo sobre el papel o dentro del área de trabajo, de modo que uno no puede mirar hacia fuera y ver la definición más fácil, más clara, más elocuente y conmovedora de la gloria.
¿Por qué hay que glorificar al Creador? La respuesta más simplista es: «Miren a su alrededor, sean testigos del carácter único de cada amanecer, de cada atardecer, de cada cambio de tiempo que conmueve los sentimientos y las emociones: más tranquilo cuando es perolado, nacarado y lluvioso; feliz y activo cuando el sol de invierno se digna a hacer brillar su gloria sobre vuestro bello planeta». Hay un elemento de «abrirse paso» en esa metáfora, pues la gloriosa luz del infinito Creador debe abrirse paso a través de las nubes. Y al comprender la gloria misma, tú dentro del yo debes atravesar nubes de indignidad, infelicidad e inquietud.
En verdad se dice en tu santa obra llamada la Biblia que en la quietud y la confianza está tu paz. Cuando uno se aquieta lo suficiente como para dejar de hablar, rápidamente se vuelve consciente de la asombrosa y milagrosa maravilla y belleza de la creación. Toda esta belleza está dentro de ti, todo el Creador está dentro de ti, toda la Creación está dentro de ti. Por eso, cuando das gloria al Creador, das gloria a lo más profundo de ti mismo y afirmas tu naturaleza última y lejana, afirmas que eres un pródigo que se mueve por tierras extrañas, que va de un lado a otro y que al final se dirige al hogar del Padre.
El Creador no tiene sentido de su propia gloria. Lo que conoces como gloria es lo que vuestros pueblos reconocen como una respuesta apropiada a la belleza y las bendiciones, los retos y las lecciones aprendidas que conforman el destino de cada entidad. Uno no siempre es capaz de centrarse en lo afirmativo, de alabar las circunstancias o de dar gloria a la fuente de esas circunstancias. A menudo uno no piensa en su propia encarnación. Si el Creador no sintiera una gloria dentro de ti, ¿serías tú? Porque tú eres el principio activo del Uno infinito. Eres la encrucijada de la eternidad y del tiempo, de la realidad y de la ilusión. Y en toda ilusión existe el momento en que esa ilusión se rompe y la maravilla se apodera de uno.
La primera gloria es la que el Creador ha invertido en ti. Por lo tanto, es muy importante llegar a la comprensión, la aceptación y el autoperdón dentro de la estructura interna del corazón, la mente y el espíritu. Como hemos mencionado antes, es mucho más común que el yo sea excesivamente crítico y perfeccionista sobre sí mismo que ese mismo yo encuentre muchas cosas inaceptables en los demás. Sin embargo, ¿cómo puede el yo ser inaceptable para el yo? ¿Cómo puede el Creador estar tan distorsionado que esa chispa interior quede oculta? Te mueves sobre tus esquís por el alp blanco, el viento sopla y tu cara está fría, excepto por tus gafas. Cada músculo, cada fibra del ser está comprometida en este viaje en picado, esta navegación sobre la Tierra, esta experiencia que parece de lo más gloriosa.
Es emocionante. Es aquello sobre lo que uno se vuelve intenso. Así, las entidades dentro de vuestra cultura dan gloria a muchas, muchas cosas que no son lo verdaderamente glorioso. No importa cuán digna sea la entidad, la gloria de esa entidad no es la entidad, sino el Creador dentro de la entidad, porque uno que habla a otro habla al Padre dentro de ese otro. Y la gloria, si la hay, es únicamente para el Creador.
La gloria es un concepto directamente en desacuerdo con el juicio, porque en el concepto de gloria, con el concepto de que todos son uno, entonces todos están potencialmente llenos de gloria, capaces de generar gloria a través del amor y la luz y el servicio y capaces de experimentar la gloria en la habitación interior de la meditación y la contemplación y en los entornos que tan ricamente dotan a cada uno de compañerismo, risa, alegría y una sensación de confianza y seguridad que viene de sentir que el yo es realmente digno, que el yo en el fondo es realmente una porción de la gloria del Creador.
Puede parecerles que les sugerimos que se alaben a sí mismos. Por supuesto, háganlo. En este sistema de ilusión saben perfectamente que uno no es particularmente glorioso la mayor parte del tiempo. La ilusión de dificultad y desafío es pesada; los bloqueos a la autoconsciencia y al autoperdón, formidables. Pensar en uno mismo como parte de algo glorioso es muy difícil en estas circunstancias, porque uno siente humildad y de alguna manera parece que no puede sentir humildad y afirmación -corregimos este instrumento- afirmación de gloria en el yo al mismo tiempo. Sin embargo, esta paradoja es una de las verdades espirituales más fuertes, cuya dinámica un buscador necesita captar, porque la gloria no reside en el comportamiento, ni en el pensamiento superficial, sino en el nivel en el que cada uno es una porción del único Creador infinito.
Pocos hay dentro de la tercera densidad que sean capaces de manifestar la gloria perfecta, porque al manifestar la gloria perfecta uno ya no tiene ningún catalizador que procesar y uno es capaz de permanecer en el amor y la luz del infinito Creador, alabando y bendiciendo el nombre del Creador, pronunciando aleluyas por todas las bendiciones de su vida. Sin embargo, en la próxima hora te alejarás de este hermoso concepto, de este ideal imperecedero, y serás incapaz de vivir a la altura de lo que verdaderamente está dentro de ti en este momento. Sin embargo, la gloria está ahí. Continuamente te habla, continuamente se mueve dentro de ti y, a medida que te vuelves más transparente, más confiado, más aceptador de lo que ocurre, de esas condiciones en las que uno se encuentra, uno puede entonces permitir que la gloria fluya a través del yo a todas las otras porciones de esa gloria.
¿A qué se refiere cuando dice «gloria»? En algunos casos, las entidades quieren decir cielo; otras, adoración; otras, alabanza. Incluso tu bandera tiene el nombre de «Divinidad», sin duda nombrado con deliberación. La naturaleza de la Creación es amor y la naturaleza del amor es gloriosa. Hay mucho por lo que asombrarse, mucho por lo que estudiar. Hay mucho que llevar a la meditación cada día, y hay que desarrollar el oído atento al yo cada vez menos distorsionado que yace cada vez más profundo dentro del yo, cada vez más cerca del verdadero yo que, al final, como fue tu Fuente, será tu Omega.
Ahora, ¿qué es la gloria para ti? ¿Hay gloria en servir a los demás de forma humilde, en las tareas, en cocinar y limpiar y ser madre y padre y proveer y trabajar? La cantidad de gloria que permitas en tu vida depende de ti. La gloria está ahí, intrínseca en cada momento. La belleza está por todas partes. Abundan los sueños, las esperanzas y los ideales. Y estos artefactos del espíritu, la mente y las emociones son maravillosos, maravillosos y gloriosos. Porque, ¿no es glorioso el amor, amigos míos? Recuerden que aquel conocido como Jesús removió los mandamientos de sus predecesores y, en su lugar, pidió a cada uno que amase al Creador y amase a cada uno como a sí mismo. Esta fue la nueva promesa que este maestro pidió a sus seguidores.
La razón directa por la que la mayoría de la gente no siente la gloria, o cualquier emoción intensa, es que la cultura en la que vive es difícil, y de hecho, incluso para ella, está pasando por un período difícil debido a la transformación del espacio y el tiempo a medida que su galaxia gira hacia una nueva configuración, un nuevo espacio.
¿Cómo se puede encontrar la gloria cuando no se ha percibido la gloria? Se puede meditar sobre la gloria. Pero quizá la mejor manera de acercarse a la comprensión de la palabra gloria sea despojarse de todos los adjetivos y contemplar el gran sustantivo, «YO», y el gran verbo, «SOY». Existir es gloria. Ser consciente es potencialmente vivir en el Reino del Padre. ¿Por qué debería producir ira, confusión y disputa una relación con un padre cuyo amor por cada uno es infinito? Estas cosas son una parte de tu ilusión. Si eres capaz de silenciar tu mente, acallar tus dudas y abrir la puerta a la habitación interior en meditación privada y devota, ese silencio puede ser para ti un gran viaje de descubrimiento, pues encontrarás más y más cosas que te gusten del ser, más y más cosas que ver como logros a medida que cada entidad avanza en la experiencia vital y se hace más madura.
¿Podría uno prescindir de la gloria? En absoluto. Decir «gloria» es también decir «pasión». La gloria es la pasión del corazón y tiene sus artefactos en el rayo azul de la comunicación de naturaleza inspiradora y en el rayo índigo del trabajo realizado sobre el yo en la autocuración, el autoperdón, la autoconquista y, sobre todo, la autoaceptación. El principio del amante -corregimos este instrumento- el principio de amar a los demás como uno se ama a sí mismo es descubrir la gloria dentro del yo, perdonar al yo por sus comportamientos, que serán diversos debido al funcionamiento del libre albedrío, para que uno pueda concentrarse tanto como sea posible simplemente en amar y estar con el infinito Uno.
Tantas cosas que han visto les han parecido gloriosas y maravillosas, asombrosas y motivo de devoción y adoración. Sepan que esto dentro de vuestros espíritus no es un artefacto de la cultura, no es una porción entrenada de una entidad, sino una necesidad instintiva y genuina. Cada entidad necesita y busca encontrar esa gloria, esa alegría que de alguna manera, aunque no se haya experimentado desde la infancia, cada uno es consciente de que existe. Uno no puede llegar a ser glorioso por decisión propia. Cada uno tiene la guía, el Consolador, en su interior. Y este Consolador, con su punto de vista más largo, su perspectiva más amplia, puede encontrar la gloria en momentos que parecen menos que intensamente gloriosos.
La gloria es la facultad del niño que encuentra las cosas que le gustan apasionadamente amables y gloriosos objetos de amor. Si no hubiera un referente objetivo de la gloria en el sentido metafísico, no habría palabra, porque la palabra «gloria» es la que se extiende hacia la eternidad en busca de lo que no conoce. Conoce la gloria como un misterio y, como [boyas] que tintinean en la niebla en una costa pedregosa, está oculta y es difícil navegar por las aguas de la humanidad y de la vida ordinaria para crear la intensidad de consciencia que permite glorificar y alabar y agradecer al único Creador infinito. Sin embargo, este ejercicio vuelve a ti cien veces, mil veces, un millón de veces, porque a medida que reconoces la gloria del infinito Creador, la gloria de la Creación, la gloria del corazón de la humanidad, uno se da cuenta de la gloria oculta en el interior, ese tesoro en vasija de barro, esa gema dentro del cuerpo. A medida que te vuelvas más humilde y más consciente de cuántos errores son autopercibidos por ti, paradójicamente te volverás más y más consciente de la emoción explosiva de la creación en su danza eterna, en su belleza sin fin, en su amor infinito bajo la poderosa fuerza de la luz pura.
No siempre te manifestarás, no siempre necesitarás sentirte glorioso, porque te volverás glorioso a medida que regreses a tu fuente y te conviertas en una porción del Creador potenciada que aún no ha sido potenciada.
Parece extraño utilizar la palabra gloria para describir la experiencia de la peregrinación. Los zapatos de uno están polvorientos por el camino y doloridos por las piedras que hay sobre él; uno pasa penurias, tiene sed, hambre y [aún así] busca. ¿Cómo puede ser esto glorioso? Sin embargo, si abres el corazón y pides un sentido de alabanza, acción de gracias, adoración y culto al único Creador infinito, de repente la gloria será comprendida por ti, la gloria de todo lo que hay, la gloria del viaje, la gloria de su comienzo, su final y su infinita progresión.
Las entidades llaman gloriosas a muchas cosas. Los artefactos de la humanidad, como la música, el arte y la literatura, reciben este adjetivo con frecuencia y, en algunos casos, el autor o compositor ha tocado parte de la gloria de la humanidad, parte del derecho de nacimiento del espíritu imperecedero que son. Se te enseña a sentirte poco glorioso; se te enseña a dudar de ti mismo, a estimarte en lo más bajo y a actuar a la defensiva. La gloria es radiante, tranquila, confiada, brillante y radiante. Es un aspecto, un atributo del único Creador infinito que inspira en el buscador una emoción purificada: la emoción del amor incondicional, la alabanza y el agradecimiento.
A medida que avanzas en tu vida, date cuenta de que tu vida es un regalo divino y glorioso del principio activo del único Creador infinito a su fuente y final, el Creador no potenciado. Después de haber llegado a esta perspectiva gentil y amorosa, amando al Creador y amándose a sí mismo como teniendo al Creador dentro, parcialmente oculto por distorsiones, uno puede comenzar a ver la gloria de otras entidades a su alrededor.
Pero siempre la gloria se ve más claramente en la segunda densidad de la Naturaleza, su florecimiento, su cambio de color, su infinita variedad. Cada flor está llena de gloria, sin embargo, no puede cantar alabanzas al Creador excepto con su corazón. El infinito Creador también te ha dado la consciencia. ¿No es esto una bendición? Gloria no es en este caso una palabra emocional, sino más bien una palabra indicativa de una actitud de culto y adoración hacia el misterio del infinito Creador. No hay ninguna razón para sentir aversión por el Creador; no hay ninguna razón para ser indiferente al Creador. Pero para la mente que es lúcida hay todas las razones para ver la gloria alrededor de uno y saber que la creación es como el Padre.
Antes de terminar este discurso nos gustaría iterar una cosa importante. El mayor bloqueo para una consciencia y un sentimiento de intensidad, pasión, agradecimiento y gloria es el enfoque que uno tiene en sus propias distorsiones de comportamiento que no perdonan a la facultad del libre albedrío por cegarles con esta variedad de sentimientos y estados mentales. No se pretende que sean personas perfectas. Están destinados a ser peregrinos, pero llevan dentro una gran gloria. Que siempre sientan esa gloria y ofrezcan esa gloria a su fuente, el Creador, solo.
En este momento ofreceríamos un contacto al conocido como Jim si este instrumento desea cerrar esta meditación. Dejamos a este instrumento en el amor, la luz y la gloria de una creación inestimablemente hermosa, verdadera y auténtica. Yo soy Q’uo, y los de Latwii también desean a este instrumento amor, luz y despedida. Transferimos ahora si el instrumento, Jim, está dispuesto. Soy Q’uo.
(Jim canalizando)
Soy Q’uo, y los saludo de nuevo en amor y luz a través de este instrumento. Nos complace haber podido establecer contacto.
[Termina el lado uno de la cinta.]
(Jim canalizando)
Soy Q’uo, y estoy de nuevo con este instrumento. Es nuestro privilegio en este momento ofrecernos y hablar sobre cualquier pregunta que los presentes puedan encontrar valiosa. ¿Hay alguna pregunta en este momento?
Pregunta
Sí, quisiera un consejo para escuchar. Estoy desarrollando una relación nueva y muy importante, y aunque hablar me ayuda a mí no ayuda a la otra persona a sentirse mejor. Por lo tanto, me siento egoísta mientras elaboro mi comprensión de la naturaleza de esa entidad a la que amo y me gustaría comprender. ¿Podrías comentarme cómo podría circunnavegar, si es posible, este método un tanto difícil para la otra alma de tomar consciencia de las necesidades del otro?
Q'uo
Soy Q’uo, y soy consciente de tu pregunta, hermana mía. Nos haces una pregunta que a primera vista parece tener serias limitaciones, digamos, porque entre tus gentes el deseo y la capacidad de comunicarse de una manera clara y compasiva es una de las mayores herramientas que las entidades pueden utilizar para compartir el yo y permitir que otro haga lo mismo, porque hay pocos entre tu gente que puedan estar seguros de que cualquier grado de comprensión se ha logrado por cualquier otro medio. Desde la [inaudible] telepatía o empatía, queda poco para una entidad que desee comprender las necesidades de otra si la herramienta de las palabras no sirve. Sin embargo, se puede intentar llegar a través del sentimiento, o lo que podrías llamar [inaudible], utilizando el sentido de otra entidad, digamos, para hacer que el yo esté lo suficientemente disponible para otra entidad. Llevar a cabo esta tarea es hacer del yo un receptor sensible a largas variaciones en el ser, digamos, de otra entidad. Es posible desarrollar esta habilidad mediante un sistema de ensayo y error en el que se comprueban los resultados con otra entidad. Sin embargo, nunca se puede estar seguro de haber sido preciso en la percepción.
Pedimos disculpas [inaudible] porque este instrumento está teniendo dificultades para mantener la concentración necesaria para el contacto.
(Carla canalizando)
Soy Q’uo, y los saludo de nuevo en el amor y en la luz del Uno infinito. ¿Podemos preguntar si hay más preguntas antes de cerrar esta noche?
[Pausa]
Soy Q’uo. Parece que hemos satisfecho vuestro apetito y estamos muy contentos de haberlo hecho con nuestras herramientas, que son falibles y susceptibles de error. Por lo tanto, le pedimos a cada uno que trate lo que decimos como lo que es, opiniones sostenidas por aquellos que están un poco más adelante en el largo y polvoriento camino que aquellos dentro de su densidad. Aún así, no sabemos todo lo que hay, y no podemos ser considerados verdaderamente sabios, porque todavía tenemos identidad, y esto no es debilidad sino una resistencia al amor mismo.
¿Cómo puede amar el Creador si todo lo que tiene es a Sí mismo? El Creador, en su forma no potenciada, es amor. El principio activo que se mueve con libre albedrío ante cada creación para crear consciencia e iniciar un nuevo proceso es el que…
Lo sentimos, pues este contacto se interrumpe en lo que concierne a este instrumento para el conocido como Jim. Simplemente les pedimos que abran sus ojos, que abran sus corazones, que abran sus oídos a la infinita variedad de la gloria, la belleza y la verdad del infinito Creador que verdaderamente ha hecho todas las cosas bien. Dejamos este grupo con obvia reticencia, porque, sí, de hecho, charlaríamos con vosotros mucho más tiempo, podríamos. Sin embargo, nos damos cuenta de que las entidades sólo pueden sentarse y concentrarse hasta cierto punto. Por lo tanto, les instamos a compensar este día con risas, alegría y despreocupación. Esto también es muy positivo y contribuye a una sensación de gloria. Evita sólo aquellas cosas que te roban la gloria: la autocrítica, la crítica de la sabiduría del Creador, la crítica de la sabiduría de otros yoes. Cuando sientas estas preocupaciones, honra la gloria interior y pasa de la preocupación a la claridad y a la luz descendente, porque así la gloriosa paz y el amor del infinito pueden fluir a través de ti para comprometer y encender a otra alma, a través de la intensidad, la pasión y los verdaderos vientos de la gloria del infinito.
Los dejamos a cada uno en la gloria. Que la vean dondequiera que miren. Que la vean en los demás y que se amen los unos a los otros. Somos los de Q’uo, y Latwii nos ha pedido que les demos las gracias por uniros a ellos. Los dejamos en el amor, la luz y la gloria del Uno infinito. Se nos conoce como Q’uo. Adonai, amigos míos. Adonai.