¿Cuál es la función de las emociones en la vida del buscador espiritual, y qué valor tiene para el buscador el intento de descubrir, o desarrollar o sentir toda la gama completa de emociones, especialmente el cariño hacia los seres cercanos y el sentir la vitalidad de la vida, y ser capaz de expresar los sentimientos que se mueven a través de uno?
(Carla canalizando)
Q’uo
Soy Q’uo. Saludos a todos en el amor y en la luz del único infinito Creador, a quien servimos a nuestra humilde manera como lo hacéis vosotros a la vuestra. Estamos muy agradecidos de compartir estos pocos pasos de vuestro camino de búsqueda con vosotros, y de explorar con vosotros conceptos que tienen que ver con la naturaleza de la conciencia.
Anteriormente, habíamos establecido que en verdad, aunque el intelecto está muy bien considerado dentro de vuestra cultura, no es, sin embargo, una parte de la mente tan inteligente como las intuiciones más profundas, lo que algunos podrían llamar instinto visceral, y otros llaman el impulso de la pequeña y silenciosa voz interior, el yo superior, los guías, o cualquier nombre con el que una entidad elige relacionarse a sí misma con una inteligencia más sabia y más amplia. Esta inteligencia es la emoción. Establecimos que las emociones superficiales de la vida, que tienen que ver con estar atrapado en el tráfico, llegar tarde, tener que esperar, sentir emociones negativas, sentir emociones positivas rápidas sin profundidad, son la provincia de lo mundano.
No sugerimos que sigáis cada capricho, cada pensamiento, cada impulso. Sugerimos, más bien, la confianza en el proceso de búsqueda interior, pues la verdad os liberará, aunque puede que no libere a otro. Cada uno de vosotros es único, y las emociones que son tu inteligencia más profunda son únicas para ti, su equilibrio es único para ti, y el fruto de ese equilibrio en el servicio es único para ti. Por lo tanto, hemos establecido un gran respeto por la intuición y la emoción, que es la esencia de la inteligencia.
Vamos a detenernos ya que este instrumento está preocupado.
[Pausa mientras Carla comprueba el estado de Jim, que ha estado tosiendo]
(Carla canalizando)
Soy Q’uo, y estoy de nuevo con este instrumento, y saludo a cada uno de nuevo en el amor y la luz y en gratitud. Vamos a seguir.
Para considerar la emoción la inteligencia más profunda, se debe crear un nuevo concepto, una palabra que no está dentro de vuestro lenguaje actual, para indicar, no la emoción de las alegrías fáciles y las tristezas fáciles, sino esas emociones que se mueven profundamente dentro de las raíces de mente, movidas por las mareas de muchas, muchas experiencias pasadas y muchas decisiones tomadas, movidas por la guía de como desees llamar a ese espíritu que reconforta y sostiene, cuando toda la humanidad parece haberte fallado. ¿Por qué te pediríamos sumergirte tan profundamente en ti mismo, cuando tienes un mundo de manifestación preparado para que disfrutes? Hay una razón, y creemos que es una de valor, y es a partir de este punto que queremos continuar.
En el momento en que a las entidades les dan vehículos físicos al nacer y entran en el mundo, su primera emoción es la ira, la segunda, el amor. Así comienza la dinámica de toda la vida: ira por el cambio, y amor al ser alimentado. La ira, esa debida al cambio, la que surge de pasar de la seguridad y la tranquilidad del útero a la dura ilusión de vuestro mundo, es extremadamente traumática, y crea en la entidad, incluso en una tan pequeña, ese deseo de usar la emoción con el fin de controlar lo que ocurre. Uno llora si siente hambre, y es alimentado. Uno llora si está incómodo, y los pañales se cambian. Este es el comienzo de cada encarnación, estando presente desde el comienzo la dualidad del odio hacia el cambio, y el amor hacia el ideal.
Cuando os pedimos que os sumerjáis profundamente dentro de vosotros mismos —y recordad, esto es sólo nuestra opinión— os pedimos que consultéis la única fuente fiable de información para vosotros. Aquellos como nosotros podemos decir palabras que inspiran o ayudan, o de otra manera permitir que las entidades sepan más y más de su verdadero yo. Este trabajo se realiza internamente y en compañía de amigos íntimos, compañeros, hijos y otros familiares. Si uno trata con la propia situación vital mediante el uso de la lógica, el intelecto y la inteligencia, uno no cumplirá sus propios deseos, pues se pretende que el intelecto sea tu siervo, no tu amo. De la misma manera tus sentimientos más profundos resultan ser herramientas, recursos e instrumentos para tu evolución espiritual, sin llevar completa autoridad, pero enormemente dignos de ser buscados, escuchados y sentidos.
Dicho esto, vamos a examinar el tejido del universo tal y como entendemos que es. El gran Pensamiento único original no es un pensamiento, sino que es una emoción purificada. Es Amor. Puedes llamarle el Logos, la Palabra Creadora, pero es en esencia un fluir a través del canal del yo del amor infinito del Creador único. Tratar de manipular los propios sentimientos es tratar de jugar al baile de máscaras. Sin embargo, la fiesta debe terminar y las máscaras se caen, y las galas, las plumas, los lazos se sueltan, y ahí te encuentras sentado, con todas las máscaras quitadas, y todos aquellos a los que pretendías impresionar habiéndote dejado solo. Y mientras estás sentado te invitas a ti mismo a quitarte tu máscara, y te quitas esa máscara y te encuentras con otra, y otra, y otra. La naturaleza del intelecto es tal que en algún momento dado te darás cuenta de que las capas encierran una nada, pues el intelecto es un biocomputadora fría y lógica, que está diseñada para tomar decisiones. No está diseñada para ser el vehículo de la manifestación. El corazón, aquello que este instrumento llamaría sensación visceral, esas son las cosas que permiten la manifestación entre cada uno de los que sirven al único Creador infinito en el servicio a los demás. El Logos primordial de todo lo que es, es la emoción, la inteligencia más profunda de todas, infinito, sin defecto, sin distorsión, la onda portadora de la conciencia.
Y así, si deseas manifestar lo que has visto que es bueno, si deseas manifestar tu deseo de encontrar aquello que es bueno, si buscas y estás hambriento por la verdad, hay trabajo por hacer, pues el intelecto, el pasado, el futuro y todas las reflexiones de la humanidad deben ser puestas en suspenso regularmente, durante el tiempo que se necesita para sentarse en silencio esperando, hasta que uno es capaz de sentir la presencia del Uno infinito.
Pedimos a cada uno del grupo en este momento que haga una pausa, y permita que esa experiencia de amor derramado en su corazón anhelante se manifieste en vosotros.
[Pausa]
Soy Q’uo. Estoy de nuevo con este instrumento. ¿No es asombroso ese amor? ¿No es un amor imposible de sostener por el ser humano? Sin embargo, sois algo diferente a un humano. Aquello de vosotros que es humano es aquello que debe crear la manifestación, aquello que crea la inspiración y el deseo de manifestar el amor hacia el Creador y el amor hacia los demás, y viene de cruzar el umbral hacia el inconsciente con el cuidado, la persistencia y la devoción del amante que está dispuesto a esperar, y ver, y buscar desde lejos, contento de sentarse en el borde de la multitud, escuchando esa voz lejana en el centro de la multitud que dice la verdad, pues vosotros tenéis muchas, muchas voces dentro que son manifestaciones de prejuicios. Estos prejuicios deben ser examinados, y en esto el intelecto y la lógica juegan un gran papel. Sin embargo, así como deseáis estar al servicio del Uno infinito, y así como deseáis amaros los unos a los otros, sabed que el universo es, en esencia, una emoción, es conciencia. La conciencia no piensa necesariamente. La conciencia se permite ofrecerse a sí misma a esa fuente infinita de información interior.
Es de esta manera que intentas, a través de la meditación y la contemplación, a través del equilibrado de las emociones extremas de cada día, darte a ti mismo lo que no se puede hacer sin algo de ayuda. No existe, por ejemplo, la posibilidad de que una entidad pueda reflexionar, rumiar, idear y manifestar amor. De hecho, es posible que esa persona manifieste una compasión universal y muy real, pero el amor involucra el ser, el amor activa el deseo de ayudar, el amor permite que el terreno del corazón se ponga en barbecho, de tal forma que las semillas puedan brotar en él y florecer para convertirse en el árbol de la manifestación del amor, con sus muchas flores, su hermoso aroma y su uso confiable.
Sí, amigos míos, más que nunca, cuando te das cuenta, reconoces y respetas tu propia sabiduría interior como parte de la creación, a medida que continúas meditando fielmente, entonces permanecerás inalterado, en la medida en que sea posible, por lo doloroso del cambio. Pues ahora estáis buscando los inicios de la cuarta densidad. En la tercera densidad el centro de atención estaba en el yo, la conciencia emergente, el descubrimiento de que esa conciencia es una con todo y una con el Creador. Es la lección principal de esta densidad particular, aprender a amar, y aprender a aceptar el amor, sintiéndose tan digno de amar como de ser amado.
Mucho se ha escrito sobre el amor. Dentro de vuestras sagradas escrituras el amor es descrito mediante muchas frases, “El amor es paciente”, “El amor es sufrido,” y así sucesivamente. Digamos que el amor en el sentido en que lo entendemos está en la impaciencia, está en el malentendido, está en cada parte y cada célula, en cada ápice de la creación. No te puedes mover por ti mismo de las raíces de tu ser. Estás enraizado en lo que podrías denominar el Reino de los Cielos, y tus raíces son profundas e imperecederas, y abajo, abajo en el mundo de la ilusión haces crecer tus ramas y produces el aroma que promete los frutos.
Dentro de vuestra cultura, como hemos dicho, el intelecto se valora casi hasta la exclusión de la intuición profunda, tranquila, confiada y considerada. El vuestro es un pueblo impaciente, ansioso, y que corre tal vez más rápido con tus pies que lo que su corazón y su mente puede seguir. Y así, la primera prioridad puede parecerle a uno muy egoísta, y es aprender a amar al yo, de manera inequívoca, con total auto-perdón, con pleno conocimiento de las diversas iniquidades de la propia personalidad. Debes permitirte ser consciente de que el Creador y la creación se encuentra dentro de ti, en cada uno de vosotros. No es bueno hablar como si uno fuera siempre y para siempre indigno de ser la vasija que contenga la divinidad. Todo aquello que está hecho de arcilla y polvo, de hueso y músculo es por definición indigno de llevar ideales imperecederos en un mundo que experimentas como lo que no es ideal.
Y así, puedes ver la interacción del amor y la fe en relación con el catalizador dinámico de naturaleza mundana y, a veces, intensa. ¿Qué harás en esta situación? ¿Cuál será tu decisión en esa situación? Es apropiado utilizar todos los recursos a tu disposición. Si hay algo que ignoras del tema, tal y como es conocido por la humanidad, llena la mente con lo que ha sido escrito. Utiliza el intelecto para discriminar en relación al tema en el que estás interesado, y en ese momento entrega el control del proceso, con cuidado y meticulosamente, al amor de tu interior, esa chispa del Creador interno que nos hace a todos uno.
Aquellos que no han sido capaces de amarse a sí mismos son, por definición, incapaces de amar al Creador, pues cada uno es el hijo o la hija pródiga del Creador, cada uno es un heredero de la eternidad. Esto no lo decimos para hincharos de orgullo, sino para decir que cada uno de vosotros es una célula en el cuerpo vivo de la creación de amor. Una vez que has aprendido a ponerte de alguna forma en contacto con el Creador diariamente, entonces es el momento para mirar hacia lo que está delante de ti, hacia las piedras del camino, hacia los rezagados en el camino, hacia el sediento, hacia el hambriento, hacia las personas sin hogar. La manifestación del Logos que está dentro de ti, ese amor incondicional, nunca ha sido más necesario que en esta coyuntura en el paso [de] tu planeta hacia el espacio y el tiempo de cuarta densidad.
A menudo se dice “No juzgarás”, no sólo dentro de vuestras sagradas escrituras, sino también por aquellos cuyo sentido de la equidad y la ética hace que sea obligatorio para ellos dar a todos el mismo beneficio de la duda que uno esperaría que se le diera al yo en las mismas circunstancias. La densidad en el que estás es una densidad en el que no eliges cómo pensar, sino cómo amar. Si te amas a ti mismo, pensarás en términos de manipulación y control, elitismo, prebendas y poder a un nivel personal. Si tu amor es por el Creador y por aquellos en cuyos ojos ves brillar la luz del único infinito Creador, entonces eres aquel que puede irradiarse hacia esa persona. A menudo no son necesarias las palabras. Es bueno moverse con los instintos más profundos, dar un abrazo, dar un beso, dar apoyo verbal, dejar al otro en paz, tratar como preciosa a cada entidad, a cada ser de luz imperecedera que está junto a ti.
¿Cuál es el propósito de la emoción? El propósito de la emoción dentro de la tercera densidad es tal que involucre la mente, el corazón y el alma de la entidad que busca de tal forma que se vuelva más y más consciente de la profundidad y la amplitud de cada momento presente y las posibilidades de amar en cada momento. Ni que decir tiene, no hablamos del amor dependiente y apegado. No sugerimos que nadie se entregue al yo superior antes de que el yo haya sido suficientemente afinado como para escuchar la verdadera voz del interior. Muchos son los que desearían susurrar al oído de alguien que pretende ser de servicio a los demás. La discriminación sigue siendo importante siempre, y esto incluye a aquellas cosas que os decimos a vosotros. No permitáis que seamos un obstáculo en vuestro camino.
Ahora echemos un vistazo a la forma en que la emoción se profundiza. Cada uno de vosotros es consciente del sistema de chakras, o centros de energía, dentro del ser. Se entiende que cada uno de ellos necesita estar mínimamente limpio y equilibrado para que la energía total del único infinito Creador, la fuerza vital, el prana, si se quiere, pueda moverse hacia arriba dentro del cuerpo para encontrarse con esa inspiración que viene del Uno infinito, de aquél que reconforta, de tus guías, de tu ser interior. Una y otra vez os sugerimos la meditación diaria para limpiar las telarañas de la mente y el corazón, para recoger los periódicos viejos, las sobras de la comida para llevar, la basura banal de una sociedad banal que está empeñada en no escuchar ninguna voz interior que pueda causar incomodidad.
El universo mismo es una emoción, es conciencia, es amor. Cada uno de vosotros atravesará muchas definiciones de la palabra amor mientras experimentéis diversas facetas del amor condicional e incondicional. Tu meta, y es una meta difícil dentro de esta densidad, es utilizar la profunda sabiduría de la intuición y la naturaleza capaz de hacer elecciones del intelecto, en armonía, para avanzar en la dirección que tú y el Creador habéis establecido para ti el día de hoy. Y en ese sentido podríamos decir que no es bueno crear en la mente aquello que uno desea, a menos que uno esté absolutamente seguro de que uno lo desea y nunca se arrepentirá de tenerlo, pues cualquier deseo que no se satisface en tercera densidad se deben conseguir antes de que la entidad puede avanzar al siguiente nivel de clases, el siguiente nivel de la iluminación, el siguiente nivel de paz y alegría.
¿Cuántas veces, amigos míos, habéis visto a un ser querido, y encontrado una forma de tocar a ese ser querido, para fortalecerlo con vuestro mismo ser? ¿Cuántas veces habéis sido la persona encargada de poner paz entre hermanos y hermanas? ¿No veis la dulce mano del amor moviéndose a través de vosotros en la manifestación de la luz y el amor glorioso del infinito Creador? Si deseas manifestar debes sentir, profundamente, con sinceridad y honestidad. No todas las entidades pueden servir de esta misma manera, como no todas las entidades han recibido los mismos dones y, como hemos dicho antes, todos los servicios son iguales cuando se hacen por amor al único infinito Creador.
No podemos engañaros. No podéis de ninguna manera existente alcanzar un estado superior de conciencia. Ningún acto mental, ninguna serie deliberada de elecciones, ninguna acción dentro de la ilusión logrará traeros el paraíso de paz que buscáis. Lo que os traerá quietud y serenidad es el descubrimiento de ese yo más profundo del interior a través de la meditación, y la rendición del minúsculo poder del intelecto humano a la infinita sabiduría, la compasión…
[Termina el lado uno de la cinta]
(Carla canalizando)
Soy Q’uo. Vamos a continuar. Vosotros sois las manos, vosotros sois la voz del Creador, y cuando amas a los demás como te amas a ti mismo, entonces amas todo lo que es el Creador. Esta es la función de la emoción purificada, volverse un canal a través del cual el amor infinito pueda fluir de manera que no te seques como un pozo poco profundo o un manantial en el desierto, sino que te mantengas bien regado, bien alimentado, bien inspirado con bebida y alimento para el alma. En esa conciencia te vuelves hueco, y en la pureza de tu amor permites que el amor hable mediante la entrega al Infinito interior.
Esta entrega no es aquella que se hace sin discriminación y cuidado. Rendirse a los que dicen: “Debes creer esto y esto y esto, debes hacer eso y eso y eso”, es una opción aceptable para aquellos que no pueden utilizar el intelecto y el sentimiento, y en lugar de eso simplemente tienen una necesidad general de saber lo que es correcto hacer y lo que está mal en la vida, de tal forma que uno no tiene que pensar, crecer, cambiar, expandir y transformar el ser. Para estas personas, y no pretendemos insultarlas, este es el camino para progresar, y de hecho progresarán, aunque lentamente. Pero cada uno de vosotros desea moverse más rápidamente, volverse verdaderos canales de luz, sentir verdadera paz en el corazón, sentir auténtica y genuina armonía y serenidad, encontrarse con los compañeros de cada uno con alegría, confianza, compartiendo y cuidando. ¿No son todas estas palabras de emoción? ¿Puede uno usar la razón para llegar a esta actitud? No, amigos míos, no.
¿Por qué, entonces, estás en tu cáscara, esta cáscara gruesa e impenetrable del olvido? Podemos decirte que estás en esta cáscara del olvido para que puedas hacer tu elección sin estar restringido por el conocimiento de las respuestas del test. Muchos son los estudiantes que simplemente escriben lo que dice el profesor y repiten como un loro de nuevo al maestro para obtener una buena calificación. En el trabajo espiritual o metafísico esta línea de esfuerzo no tiene ninguna virtud, pues estás buscando la autenticidad del yo, y sólo en la autenticidad del yo que se perdona a sí mismo puede el Creador moverse desde la inteligencia infinita a través de la energía infinita hacia tu corazón, tu espíritu, tus manos y tus ojos, de tal forma que puedas contemplar la gloria de todo lo que te rodea, que puedas sentir angustia por esas muchas, muchas cosas que están mal, y luego afirmar que es posible que cese esta desafortunada condición.
Permite que tu amor brote hacia delante desde dentro. No es tuyo, no es de otro, es el del Creador. Amaos los unos a los otros, amigos míos, y amaréis al Creador, y esta emoción purificada de amor sacrificial os moverá cada vez más rápido hacia la patria de la paz.
Os damos las gracias por permitirnos terminar nuestras reflexiones sobre este tema. Hay más material en esta área, pero requeriría nuevas preguntas.
Nos gustaría ofrecer al instrumento conocido como Jim la oportunidad de cerrar la sesión. Un simple silencio expresará el deseo de esta entidad de no hablar debido a la dificultad para hablar en este momento. Soy Q’uo.
[Pausa]
(Carla canalizando)
Soy Q’uo. Estoy de nuevo con este instrumento. Hemos examinado al instrumento conocido como Jim, y encontramos que, a fin de que seamos capaces de utilizar el mecanismo vocal de este instrumento en este momento, habría que inducir un estado de trance. Esto no es algo que estemos dispuestos a hacer, ya que sin la dedicación, la protección y la planificación, tal sacrificio de energía es inaceptable para nosotros como regalo. Es un regalo que no podemos recibir a menos que sea ofrecido completamente. Por lo tanto, vamos a abrir la reunión a cualquier pregunta que pueda quedar pendiente en la mente de los que están aquí. ¿Hay alguna pregunta en este momento?
T
Sí, tengo una pregunta. En un momento dado como que me fui… Me perdí una pequeña parte de lo que se canalizó, y cuando regresé habíais dicho algo en el sentido de que “…entonces puedes rendirte al proceso, a tu ser interior”, algo de ese tipo. Mi pregunta es, ¿estabais en ese momento hablando sobre el proceso creativo de mantener un pensamiento y luego crear el deseo y entonces abandonar el proceso a tu ser interior? ¿Era esto de lo que estabas hablando?
Q’uo
Soy Q’uo. Mi querido hermano, no estábamos hablando de eso, sino al contrario hablábamos del trabajo que supone ir más allá de la conciencia superficial hasta la sabiduría más profunda y más digna de confianza que se encuentra en lo más profundo del ser. No te pedimos que te rindas a cualquier autoridad externa. Te pedimos que sólo te rindas a la parte de ti mismo que has encontrado que es imperecedera, digna, bella y capaz de manifestar los frutos de un amor incondicional que es tu derecho de nacimiento, que se mueve a través de ti desde un lugar profundo de auto-aceptación interna.
En cuanto a poner imágenes a aquello que deseas, te exhortamos a ser extremadamente cuidadoso, pues creas aquello que deseas y en lo que te enfocas, pues lo recibirás. Sin embargo, siempre existe, como en muchos de vuestros mitos y cuentos de hadas, la dificultad de tratar de controlar lo que ocurre. La dificultad es la siguiente: por cada deseo existen efectos secundarios poco satisfactorios que ocurrirán cuando se haya cumplido el deseo. En ese momento, te ves envuelto de forma desequilibrada —y algunos lo llaman karma— con eso que has creado como vida y que has deseado en tu patrón vital.
Por lo tanto, a menos que la intuición sea para el yo lo más profundo, sentido y digno de ser sostenido durante toda la experiencia de la encarnación, recomendamos fuertemente que seas constante en escuchar, y cuando salgas de tu meditación lleves contigo el deseo de amar. El camino de cada uno avanza un paso cada vez, una expresión de amor cada vez, una expresión de honestidad que puede ayudar a sanar una herida de incomprensión. Comunicarse con el corazón y el amor del Uno infinito es sanar, y por el poder de ese amor el Creador puede, siendo todo amor, transformar y renovar la creación del Padre.
Este instrumento nos está informando que estamos utilizando un tiempo bastante largo, así que nos gustaría preguntar si hay una última pregunta en este momento. Soy Q’uo.
K
Me parece que hay una serie de conceptos que he aceptado sin, tal vez, comprenderlos plenamente, en los últimos años. Uno de ellos es la idea de aceptarte y amarte a ti mismo. ¿Podríais ofrecer brevemente algunas sugerencias sobre la manera de empezar en el proceso de aceptarte y amarte a ti mismo con el fin de pasar a amar a los demás?
Q’uo
Soy Q’uo. Estamos muy felices de hablar acerca del tema, pues en vuestra pesada ilusión química es muy difícil tener un amor desenfrenado hacia el ser divino interior, pues uno está tan absorbido por las iniquidades superficiales de la vida mundana, las pequeñas decepciones, las pequeñas irritaciones, la hostilidad y todo el repertorio de emociones negativas, que uno no puede ni siquiera creer que pueda ser digno, y, de hecho, como un ser humano en la tercera densidad uno todavía no es digno de auto-perdón absoluto, excepto por una cosa: la naturaleza de la creación está completamente auto-perdonada. Si encuentras esa verdad básica puedes reclamar tu valía.
Veámoslo de otra manera. En la superficie eres una persona, y tu entorno está poblado por muchas, muchas otras personas, algunas de las cuales están muy en sintonía contigo, y muchas de las cuales no tienen prácticamente nada en común contigo en apariencia. Por otra parte, aquellos que desean prestar un servicio están caminando por la cuerda floja entre el servicio dado con mucho gusto y el servicio del felpudo. Y cuando uno se percibe como un felpudo por ser, como este instrumento diría, agradable, uno no se siente a sí mismo como digno, sino al contrario, que uno mismo es un hipócrita y un mentiroso, o al menos uno que dice una mentirijilla a fin de no ofender.
Muévete dentro de ti mismo en este momento. Conscientemente permite que la conciencia se desplace por los recuerdos a corto plazo. Ahora permite que todo el dolor y la alegría de esta experiencia de la encarnación sean contemplados con ojos de amor, porque has aprendido de todos y cada uno de los retos. No has llegado al ser, sino que estás perdonando las imperfecciones del ser ante quien se formó un mundo imperfecto a propósito para hacer que sintieras. Si nunca te sintieras indigno, tu dignidad no tendría ninguna pasión, ni fuerza, ni resistencia. Es sólo cuando uno se mueve a través de la conciencia de las propias limitaciones humanas dentro de la tercera densidad, y acepta cada imperfección, cada locura, cada irreflexión, como la acción de alguien que simplemente no estaba sintonizado correctamente; es entonces que puede pasar a un territorio más fértil. No perdonar a un yo imperfecto —que es el yo superficial de cada uno— es negar que hay algo más, y que ese más es un misterio divino que sólo podemos llamar amor.
Al reclamar el valor del yo es necesario mirar hacia la relación de cada uno con el Uno infinito. Esta entidad te creó a ti antes de crear las densidades, las estrellas y los planetas que componen tu ilusión. Sois porciones de la conciencia activa del único infinito Creador de amor y luz que hay en vosotros. Y de esta forma no honras al pequeño yo al sentirte digno, sino que te entregas al Ser interior más grande, y entonces puedes amar todas tus idiosincrasias, todos tus fallos, porque sabes, más allá de toda sombra de duda, que mientras avanzas puedes perdonarte a ti mismo, levantarte y caminar. Sois imperecederos. Sois criaturas de amor.
Una vez que has tomado la difícil decisión entre servir a los demás como una forma de servir al Creador y expresar esa relación; y servir al yo, y así expresar una relación de total unidad con el Creador, entonces has tomado la decisión para la cual fue creada esta densidad.
Todo hacia el exterior de la conciencia tiene la tendencia a parecer negativo, y a evocar emociones negativas. En consecuencia tú, como un espíritu de luz, estás mirando constantemente hacia la oscuridad de la propia vasija Terrenal. Esta vasija Terrenal está hecha de arcilla y productos químicos y agua, y un sistema electroquímico que permite que aquello que llamas conciencia pueda tener un hogar, y puedes estar agradecido por ese ser imperfecto. No puedes exonerarte a ti mismo por las cosas que has hecho mal. Eso no es auto-perdón. Cuando has hecho algo que consideras inapropiado, es bueno que inmediatamente vayas a ver a la entidad a quien sientes que has ofendido y que crees armonía una vez más entre los dos, sabiendo que no sólo eres una entidad de la Tierra, sino también que el otro está perplejo y confundido de forma similar en el mar de ilusión que es la tercera densidad.
Debes ir más profundo. Debes moverte desde la mente que condena, juzga, evalúa, y así sucesivamente, hasta el corazón, donde reside esa chispa infinita de inmortalidad, que es el Creador que está dentro. Es esta parte del yo la que es digna, y puesto que llevas dentro de ti, dentro de esta vasija Terrenal, la gloriosa perfección del Uno infinito, puedes desplazarte hacia el punto de vista de eso dentro de ti que es el Creador, tal y como el Creador perdona a una entidad perecedera, variable y lamentable por cometer los errores de la niñez.
Sí, el universo, el Creador, ya ha perdonado todo lo que puedas hacer. Tú, por ti mismo, sin embargo, debes perdonar al yo, estar en paz con el yo, reconocer todos los pensamientos del yo, y tratar en lo posible de volverte mejor. Es bueno darse cuenta de que el comportamiento ideal no sólo es imposible, sino también irrelevante. Es el corazón, el amor, la emoción lo que te hace digno, y de la misma manera que la intensidad de tu amor por el Creador y el amor por los demás hombres y el amor por ti mismo crece, así te convertirás en un ser de luz cada vez más metafísico, moviéndote de forma afirmativa desde tu fuerza —es decir, el Creador interior—, en lugar de huir, evitar, o estar avergonzado por los muchos, muchos errores que cualquier niño limitado, algo ignorante y a menudo sesgado, podría hacer.
Vosotros en la tercera densidad habéis elegido ser niños. Vosotros sois niños del único infinito Creador. ¿Sois menos que dignos? Un niño puede portarse mal, pero es perdonado. Vosotros sois pródigos, habéis despilfarrado vuestra herencia. Todos los que son de la Tierra en la tercera densidad así lo han hecho, con muy pocas excepciones. Sin embargo, al hacerlo, te has deshecho de la ilusión de que esto traerá placer, que eso traerá satisfacción, que el control te dará lo que quieres, y que tu demanda siempre será escuchada. Un sentido de dignidad aparece cuando uno se hace consciente de sí mismo como el digno sirviente, el menor de todos, aquél que siempre se equivoca, y a pesar de todo, uno que lleva una indestructible, sagrada y divina chispa del Creador.
Verse a uno mismo como una célula del cuerpo de la creación es un concepto muy útil, pues cuando observas mediante el pensamiento tu propia anatomía y fisiología, puedes ver que cada célula es igualmente importante. La piel, los músculos, la mente, la simple acción de tender las manos que es posible debido a que estás en la existencia física, son todas ellas causas de regocijo, son todas ellas causas de gratitud y alabanza, pues tienes la oportunidad de actuar como un canal, un canal digno y amoroso para el infinito amor y luz del único Creador. La auto-aceptación es un buen comienzo para el auto-perdón. Aceptar los propios fallos tal y como son, paradójicamente, es abrirse a la posibilidad de cambio, crecimiento y transformación.
¿Podemos contestarle de forma más amplia, mi querida hermana?
K
No, ha sido de mucha ayuda por ahora, gracias.
Q’uo
Damos las gracias a cada uno de vosotros, y nos gustaría en este momento cerrar la meditación, deseando a cada uno que respete y busque el corazón que se encuentra en el interior, la intuición profunda interior, que no denigréis la vasija terrenal en la que os movéis, pues a pesar de que comete muchos, muchos errores, aun así tiene las manos para dar, la boca para hablar, los ojos que ofrecen la suavidad de una mirada de amor, los senos que pueden dar al bebé el alimento, la semilla y el útero que producirán las almas a las que uno puede amar y por quien uno puede experimentar el increíble regalo del amor incondicional. Amaos los unos a los otros, amigos míos, sin condiciones, y si hay una condición, utilizad el intelecto para aquello para lo que fue hecho. Es un burro; cargadlo con la información y dejadle subir a la montaña a por la respuesta.
Nosotros no somos más dignos que vosotros. Somos todos buscadores, todos peregrinos, y todos imperfectos. Podríamos sugerir que uno puede mirar hacia adelante hasta un momento en que uno no es así, digamos, imperfecto, tal y como lo ve el yo; pero os aseguramos que estos sentimientos de indignidad, inseguridad y otros sentimientos de este tipo son diseñados completamente por ti mismo antes de la encarnación para enseñarte a amar, y amar aquello que es imperfecto es hacerlo digno.
Examina tu alma. Todo lo que es, está dentro de ti; lo malo, como llamarías a las emociones e ideas negativas, y lo bueno, como llamarías a las emociones e ideas positivas. Pero la fuente de tu valía es aquello que hace al universo Uno, y a ti un ciudadano tan importante como cualquier otro, tan digno como cualquier otro. Eres parte del infinito Creador; eres valioso, necesario y amado. Ojala te ames a ti mismo lo suficiente como para retirar las imperfecciones de tu camino de servicio, y que nunca guardes resentimiento contra el yo, sino que perdones al yo, que intentes algo nuevo que sea menos imperfecto en la forma de hacer las cosas.
Como siempre, la meditación es la gran herramienta. La oración, como este instrumento la entiende, es también una gran herramienta cuando uno está molesto con otro, pues uno puede orar por ese otro, y al hacerlo sanar al yo de la emoción negativa, además de ser eficaz en la oración y la elevación del yo en la conciencia.
Os dejamos con ese deseo de ser elevado, de ser transformado, y, de hecho, muchas veces, de estar incómodo. La comodidad es para aquellos que están dormidos. La comodidad es para aquellos a los que alguien está dispuesto a decir exactamente lo que deben pensar en todo. Es una vida cómoda. Uno puede alcanzar la luz de cuarta densidad de esa forma, pero es muy difícil, pues una sensación de riqueza y de realización del ser es exactamente el mismo problema que la sensación de tener un gran patrimonio. Aferrarse a las posesiones no es necesario. Cuando hayas hecho la paz con las imperfecciones del yo, espera hasta que sientas la presencia del Uno infinito, de tus guías, del ser que te reconforta; y en ese momento di: “Yo quiero hacer la voluntad de mi Ser más elevado, entrego a mi ser humano imperfecto. ¿Qué deseas que haga?”. Estate dispuesto; esa es la clave. Usa tu capacidad discriminatoria; esas discriminaciones son los leones que custodian la verdad.
En esta verdad, amor, luz, paz y alegría del infinito Creador, os dejamos, con nuestras bendiciones y el amor que siempre fluye para aquellos que están despiertos y buscando. Somos aquellos conocidos por vosotros como Q’uo. Adonai, amigos míos. Adonai Vasu.