La pregunta de esta mañana tiene que ver con la diferencia entre el Árbol de la Vida, mencionado en el Génesis de la Biblia, y el Árbol del Conocimiento, que también se menciona en el Génesis. Nos gustaría saber qué papel juegan estos en nuestra evolución espiritual y cualquier información que Q’uo pudiera darnos sobre estos.
(Carla canalizando)
Q'uo
Somos los de Q’uo. Saludos en el amor y en la luz del infinito Creador. Somos muy privilegiados por haber sido llamados a su grupo para este trabajo y deseamos saludar especialmente al conocido como S. Todos aquellos dentro del principio de Q’uo envían muchos saludos.
Como siempre, pedimos que nuestros pensamientos no sean tratados como los de una autoridad, sino más bien como los de un compañero buscador.
Cuando uno investiga las resonancias de la simbología racial o étnica, debe estar preparado para tratar el símbolo o símbolos implicados en más de un nivel. Tanto el mosaico o figura del Árbol de la Vida como la figura del Árbol del Conocimiento son obras maestras del concepto condensado, pero articulado. La dinámica entre ambos es parte integrante de su naturaleza. Estos símbolos se abren mucho mejor al corazón del místico que a la lengua o la pluma del intelectual o erudito. Sin embargo, en la medida en que las palabras pueden intentar explicar estos símbolos, nos complace comentarlo.
El Árbol de la Vida es una configuración cabalística que, en general, describe un universo o cosmología en el que sólo la parte más diminuta o final de la realidad, como tal, es visible de algún modo mientras el buscador se encuentra dentro del valle del nacimiento y de la muerte, es decir, en el cuerpo de carne. La gran preponderancia de esta realidad está firmemente arraigada dentro del concepto de cielo o realidad última. Dentro de esta figura, este árbol puede ser visto entonces al revés hasta donde los ojos mortales puedan contemplar, siendo esa punta del árbol todo el universo físico visto por los ojos mortales. La unidad de este símbolo se preserva a través de la creación de un conjunto armonioso de dinámicas que, en términos generales, pueden denominarse masculinas y femeninas o positivas y negativas. Dentro de este sistema, pues, todo se armoniza en una unidad, de modo que incluso esa minúscula punta de realidad que es el universo físico tiene, como en un holograma, una idea completa de la realidad. Cada pequeña chispa de esta realidad ilimitada contiene el modelo del todo y la unidad se mantiene a través del sistema dinámico de arquetipos de la figura.
A esta figura se le opone otra figura conceptual compleja que está completamente dividida, claramente delineada, al igual que lo está la figura «o lo uno o lo otro». Dentro de esta figura se encuentra el concepto de ruptura eterna. Esta figura ve diferencias y reivindica esta diferencia. Considera que el «o» y el «o» no pueden resolverse en armonía. Por lo tanto, este Árbol del Conocimiento es una figura que indica esa actividad dentro de la porción de tiempo/espacio del buscador encarnado que exige saber cuál de las dos cosas es preferible. Esta es la figura que anima a las entidades a elegir entre opuestos.
Dentro de este sistema, se espera y se desea que el buscador juegue a juzgar y decidir, o considere, lo que es apropiado y lo que no lo es - calor sobre frío, o frío sobre calor, luz contra oscuridad, atracción contra resplandor, y así sucesivamente. El «mal», entonces, que es visto dentro de esta figura por quien defiende el Árbol de la Vida, es la sugerencia implícita dentro de esta figura de que los buscadores pueden relacionarse con los opuestos dinámicos sólo por elección. Esta verdad es, digamos, una que sólo afecta a la experiencia de tercera densidad, la experiencia de la vida vivida más allá del velo del olvido.
En este estado humano de olvido, entonces, la figura del Árbol del Conocimiento prevalece y las entidades deben, de hecho, jugar a ser Dios, eligiendo lo correcto de lo incorrecto, eligiendo lo positivo de lo negativo, haciendo esas elecciones que definen y aumentan la polaridad hacia la meta de la graduación de este universo impregnado de ilusión, en el que hay un operante o/o.
Si la entidad fuera, entonces, a moverse más allá de la ilusión de la vida de tercera densidad encarnada, pensando todavía que debe elegir, entonces, ciertamente, el Árbol de la Vida sería sacudido, porque este símbolo primordial contiene la verdadera naturaleza de la realidad, si podemos usar mal este término. Tal vez podamos decir que la lección aquí es que, como sugiere la figura del Árbol del Conocimiento, los buscadores tienen en efecto una búsqueda de la verdad, esa verdad que sí elige, sin embargo, dentro de estas elecciones, es necesario que exista dentro del corazón de la entidad esa porción que alaba, agradece y bendice ese misterio que yace detrás y más allá de todo lo que parece y configura todo lo que verdaderamente hay.
Cuando un buscador va demasiado lejos con el conocimiento del bien y del mal y comienza a atacar y fragmentar la unidad básica de todas las cosas, entonces esa entidad debe, ya sea por elección personal o por acción catalizadora, volver a ser humilde y consciente de la unidad global de todo lo que es.
Nos asombra la dificultad que tiene la humanidad para aceptar los límites de su conocimiento. Hay mucho orgullo en los corazones de vuestros pueblos que sienten que todas las cosas pueden ser conocidas. Este orgullo es fatal, porque dentro de la vida del espíritu todo lo que parece así en el mundo es en realidad muy diferente.
Los muchos, muchos escritos espirituales de vuestros pueblos sugieren continuamente que la fuerza reside en la debilidad, la sabiduría reside en la falta de conocimiento, y así sucesivamente. El Árbol del Conocimiento es ese árbol, esa figura, esa actitud, hacia la vida que pone al buscador en el camino hacia la aceleración de la evolución espiritual. Sin embargo, cuando ese buscador ha comenzado a caminar por ese camino polvoriento, y cuando ha adquirido experiencia a lo largo de este camino, entonces es cuando el buscador hace bien en eliminar esa figura de la mente y sustituirla por el Árbol de la Vida. Las elecciones posibles de hacer dentro de una encarnación que tienen que ver con la polaridad se hacen bastante rápidamente, en el sentido de que se hace cada vez más fácil adjudicar la polaridad de varias respuestas a cierto catalizador.
Sin embargo, más allá de estas elecciones se encuentra el verdadero terreno en el que se realiza el trabajo de consciencia, y en ese terreno es inaceptable llevar esta consciencia que está dividida. Una vez en el camino del servicio a los demás, entonces, es un buen augurio para el buscador si elige observar la creación como sugiere el Árbol de la Vida, el «como es arriba, es abajo» de la realidad última que está implícita en esta cosmología que se ve, así como en la que no se ve.
Quisiéramos hacer una pausa en este punto para preguntar si hay preguntas sobre el material que se ha dado. Somos los de Q’uo.
S
¿Es correcto suponer que el Árbol del Conocimiento es -como lo interpretamos- el intelecto, el símbolo del intelecto para que el buscador comience en esta densidad, y que el Árbol de la Vida es el subconsciente? Es decir, uno sigue el camino en el Árbol del Conocimiento y luego elige los símbolos más profundos de esa elección intelectual, por lo que el buscador se mueve desde el intelecto a través del subconsciente en las regiones más profundas del corazón-y el Árbol de la Vida es la realidad y el Árbol del Conocimiento es la ilusión.
Q'uo
Nosotros somos los de Q’uo. Hermana mía, esto es muy correcto. El Árbol del Conocimiento es, digamos, el mal necesario y es el lugar de aquellos que comienzan el camino de la búsqueda espiritual para centrarse en las diferencias y hacer esas grandes elecciones éticas o morales para la salud del alma y para un mayor aprendizaje. Tal como usted dijo, cuando el buscador se establece en ese camino, entonces es que llega el momento en que reconoce su falta de comprensión y acepta, en lugar de exigir claridad, esa visión dada sólo al corazón, en la que toda la creación infinita es sentida como inminente, aunque inmaterial, en cada instante de consciencia percibida.
¿Podemos responder más, hermana mía?
S
¿Cómo se equilibra el desdoblamiento, o es simplemente que una de las etapas de la iniciativa entre vivir o buscar lo más completamente posible el Árbol de la Vida, mientras sigue siendo necesario funcionar en el mundo que reconocemos. Ahí es donde yo encuentro, y quizás entonces es algo por lo que todos los buscadores tienen que pasar, como una iniciativa de vivir dos vidas distintas, no sólo física sino espiritualmente.
Q'uo
Somos aquellos de Q’uo y, mi hermana, de hecho este es un trabajo que continúa a través de la tercera densidad y en la cuarta e incluso la quinta densidad. La dinámica entre lo que se manifiesta y lo que es real en última instancia es aguda y continua. Tal vez el concepto de alguien que vive en dos niveles a la vez pueda ser útil. En muchas cosas hay una realidad o forma de ser interior y otra exterior. Las prácticas externas de la mayoría de los sistemas religiosos del mundo se dividen a menudo en oraciones y servicios compartidos con todo el pueblo y oraciones y servicios ofrecidos sólo por, digamos, el clero o la vida religiosa. La carga y la gloria de los que viven una vida religiosa, espiritual o devocional es vivir en dos niveles a la vez, porque el nivel del mundo exterior es, de hecho, el servicio a uno mismo o el servicio a los demás, y la dinámica de esa vida no perdona. Sin embargo, dentro de estas apariencias externas yace una realidad interior que sólo el corazón de la humanidad puede conocer o experimentar.
La alegría dentro de esta ilusión que experimentas fluye más libremente cuando se acepta conscientemente y se visualiza dentro de cada periodo diario que estos niveles no se contradicen entre sí, sino que más bien son las capas interna y externa de aquello que se está experimentando. Cuando -corregimos este instrumento- siempre que se percibe que el buscador se ha centrado demasiado en el Árbol del Conocimiento, entonces el buscador hace bien en hacer una pausa momentánea para recordar esa realidad interna, ese universo interno, y abrir una lanzadera desde ese universo interno a través de la propia parte del buscador, de modo que mientras el buscador está tratando de una manera práctica e intelectualmente apropiada con la dinámica de uno u otro, sin embargo, el corazón del buscador está abierto debido a la memoria vívida y al recuerdo, que se renueva a cada momento, de la realidad primordial y abarcadora interior, que ilumina, transfigura y reconfigura el todo.
Este es un trabajo muy difícil y elogiamos a cada uno por esforzarse en reconciliar las profundidades de la ilusión y su dinámica con la realidad subyacente, así llamada.
¿Hay alguna pregunta final en este momento?
S
Sólo una. Conoces el símbolo del Árbol de la Vida que tengo en casa, la alfombra india. ¿Puedo transferir los arquetipos de las cartas del tarot o de la cábala a este Árbol o tendré que ajustarlos más subjetivamente?
Q'uo
Somos los de Q’uo. Las figuras son tales que puedes utilizarlas tal como son. También podrías descubrir que comienzas a desear poder crear tu propio sistema de relaciones e interconexión y dejar ese indio, o cualquier otra versión, a otro. Es de ayuda para el buscador trabajar con estos arquetipos independientemente de las interrelaciones diseñadas. Por lo tanto, animamos a los estudiantes de los arquetipos a tener la sensación de libertad para reconfigurarlos según la experiencia personal y las verdades de cada buscador.
Una vez más, agradecemos a cada uno que nos haya convocado a su sesión de esta mañana. Es, como siempre, una bendita oportunidad para nosotros de estar con ustedes y mezclar nuestras vibraciones con las suyas. Dejamos a cada uno con el mayor amor y luz en el infinito Creador. Somos los de Q’uo. Adonai. Adonai vasu. Somos Q’uo.