Las fuentes de la Confederación enfatizan en la importancia de ver el amor en cada momento, en todo momento. ¿Pueden ayudarnos sugiriéndonos el enfoque o estrategias para identificar positivamente el amor cuando este no resulta evidente?

(Jim canalizando)

Soy Q’uo. Os saludo a cada uno de vosotros en el amor y en la luz del Único Creador Infinito. Es un gran privilegio y un placer saludaros hoy a cada uno de vosotros a través de este instrumento con la esperanza de serviros de tal manera que os ayudásemos a cada uno de vosotros a captar mejor la naturaleza de esa cualidad que denomináis amor: esa cualidad que el Creador ha utilizado para realizar esta creación infinita, esa cualidad que reside en cada uno de vuestros corazones, esa cualidad que os hace avanzar a diario en vuestras encarnaciones.

Antes de empezar, quisiéramos pediros un favor esta tarde, y es que cada uno de vosotros escuche nuestras palabras y tome lo que tenga significado para el, y deje atrás lo que no, ya que no deseamos ser un escollo para nadie. Si nos hacéis este favor entonces podremos hablar libremente de aquellos pensamientos, sentimientos y conceptos que os ofrecemos esta tarde en respuesta a lo que nos habéis consultado.

Preguntáis cómo hacer posible la búsqueda del amor en aquellas situaciones en las que no está a la vista de un modo obvio. Esto, queridos amigos, es una muy buena pregunta para que cada uno de vosotros y de nosotros la considere, porque la mayor parte de la ilusión en la que habitáis no parece contener gran cosa de esa cualidad que llamáis amor. Y esto no es por casualidad, queridos amigos, es porque se ha diseñado así. Porque cada uno de vosotros ha tomado parte en el diseño de esta ilusión. Esa parte de vosotros que es el Creador, que reside dentro de todo lo creado, ha moldeado esta ilusión de tal manera que la cualidad del amor, de la total aceptación de los demás, de ofrecer las energías de vuestro ser a otro libremente sin esperar nada a cambio, se hallan ocultos dentro de cada porción de esta creación con el fin de que, de alguna manera, y en algún momento, las entidades como vosotros que siguen existiendo aquí y ahora, en esta ilusión, puedan aprender ciertas lecciones relacionadas con el amor descubriéndolo por propia iniciativa—aquellas iniciativas que tomáis cada día durante vuestras actividades cotidianas.

Resulta muy útil el ser consciente de que lo que realmente hacéis en esta ilusión es el procurar hallar amor y ofrecer amor en todo momento. No existe otra actividad que tenga valor en vuestro camino espiritual sino esta búsqueda, hallazgo y ofrecimiento de amor. Aquellas actividades a las que os dedicáis como parte de vuestra profesión, vuestras aficiones, vuestras actividades, vuestro tiempo de ocio—todas estas son vehículos a través de los cuales os movéis en cierto modo para descubrir el amor, ya sea conscientemente como un buscador consciente de la verdad, o bien de una manera que puede parecer accidental como aquel que se mueve de una manera menos consciente a través de las actividades del día a día.

Todos tienen la oportunidad de buscar y hallar amor. Como hemos dicho antes, esta creación está hecha de amor. Sólo parece ser distinta al amor con el fin de proporcionaros, por así decirlo, un reto que os permita aumentar vuestra polaridad de búsqueda positiva para servir a otros encontrando amor en aquellas situaciones en las que os halléis ocupados en vuestras actividades diarias.

La mayor dificultad reside en hallar el amor, el más positivamente polarizado, en cada situación en la que podáis ser capaces de percibirlo. Estaría bien comenzar el día, digamos, con un recuerdo consciente de que éste es vuestro propósito: buscar el amor, hallar el amor, ofrecer amor, ser amor. Si pudierais encontrar la manera en la que esto fuese para vosotros un recordatorio—ya sea un período de oración, un período de meditación, un período de lectura de citas inspiradoras— cualquiera que sea el modo que os permita ser conscientes de que este es vuestro propósito para este día, estaría bien empezar de esta manera el día que comienza ante vosotros.

En este momento querríamos transferir este contacto al conocido como Steve. Somos aquellos de Q’uo.

(Steve canalizando)

Soy Q’uo, y estoy con este instrumento.

Añadiríamos a aquellas palabras que hemos podido ofrecer a través del conocido como Jim diciendo simplemente que esta es una creación de amor, y que estáis dentro de esta creación para que de vosotros surja el amor. Es muy simple plantear la cuestión de la finalidad de la creación sugiriendo que es desde el amor y hacia el amor que todo se origina y a lo que se dirige. Pero, inevitablemente hay una pregunta que surgirá en la mente de aquellos que buscan, y es “¿Por qué es necesario que haya, en una creación de amor, un esfuerzo hecho para amar? ¿Por qué es necesario que, en una creación de amor, haya que experimentar impedimentos para el amor? ¿Por qué es necesario que haya—en una creación en la que el amor es el Alfa y la Omega, el origen y el destino—una experiencia tan carente de amor que el amor mismo pueda parecer en ocasiones lo más inalcanzable, la tarea más difícil que a uno se le pueda solicitar?” Y hacerse esta pregunta es centrarse en el amor como un tipo particular de actividad en la que podéis participar. De hecho podéis participar en muchas clases de actividades, y es fácil reconocer el amor en una larga lista de cosas que podríais llevar a cabo a lo largo del día.

Sin embargo, el amor tiene otro significado que os invitamos a considerar. Hemos sugerido que, en la naturaleza de la creación misma, el amor puede ser considerado como una de las primeras distorsiones que permiten la experiencia diferenciada, que permitan a almas individualizadas descubrir el modo de vivir experiencias en una creación diversificada y devolver al Creador los frutos de estas experiencias. A veces hemos llamado a esta parte de la naturaleza de la creación la segunda distorsión. Ahora bien, hemos llamado libre albedrío a la primera distorsión en esta creación, por lo que bien podría parecer que el amor sea un aspecto de la naturaleza de las cosas que suceden como resultado de una primera novedad, por así decirlo, en la creación, que comporta el desarrollo del libre albedrío.

Bien, hasta cierto punto esto es así. Hasta cierto punto es cierto que el amor sigue al libre albedrío como una posible actividad de aquellos que incorporan el libre albedrío en su relación de unos con otros, y podría decirse, en un sentido más amplio, en relación con la creación en su conjunto. En este sentido, parecería entonces que para considerar apropiadamente la naturaleza de amar haría falta considerar más ampliamente lo que significa tener libre albedrío. Eso por sí mismo constituye un tema, queridos amigos, pero es útil tener en cuenta [que], si no fuera por el libre albedrío, si no fuera por la posibilidad de que se formen un número infinito de, digamos, chispas o hologramas del creador—cada uno de los cuales pueda experimentarse a sí mismo de modo diferenciado—el creador mismo no tendría ninguna posibilidad de conocerse a sí mismo de ninguna manera que no hubiera tenido lugar ya antes del evento de la creación. Y así, el concepto de libre albedrío contiene un potencial que, por extraño que parezca, es percibido por el creador como un no ser del creador. Ello ya sugiere la necesidad de un retorno al creador, por el creador, de tal modo que el creador pueda recoger la cosecha de la creación que se haya realizado y así el creador pueda conocerse a sí mismo.

Por lo tanto, desde el primer acto de la creación, ya se hace presente la distorsión hacia no ser el creador, y luego podemos decir, en segundo lugar, que también se plantea la necesidad de volver al creador y de ahí la segunda distorsión, aquella que hemos llamado Amor, que puede ser vista como derivada de la primera distorsión que hemos llamado libre albedrío.

Ahora, completamos el cuadro de las principales distorsiones añadiendo simplemente con objeto de completar el concepto, que todavía hay una tercera distorsión que hemos llamado Luz. Las experiencias que disfrutáis se han investido libremente a sí mismas de luz en tanto en cuanto la posibilidad de esas experiencias diferenciadas que llamamos encarnaciones se basa en que la Luz se ha diversificado a si misma en gran medida y a lo largo de muchas densidades y muy diversas creaciones.

Volviendo entonces al concepto de amor como separado de la primera distorsión, llamada libre albedrío, diríamos esto: podríamos decir que el amor viene en segundo lugar en relación con el libre albedrío sólo en un sentido más bien limitado, porque hay otro significado del amor, que es anterior incluso al significado de amor que hemos sugerido como la segunda distorsión, y ese sentido puede usarse para describir una cualidad o una característica o un aspecto del Único Creador concebido como completamente sin distorsión, sin limitación alguna, indiferenciado, no separado de Sí mismo. No separado, decimos, pero no obstante de un modo peculiar, desconocido.

Ahora bien, esta cualidad del ser desconocida es lo que hemos llamado a veces la cualidad del misterio. Y es el misterio lo que caracteriza lo mejor que hemos sido capaces de discernir, al Único Creador en su ser sin distorsiones. Pero también nos gustaría sugerir que el misterio del que hablamos es un misterio que resuena a lo largo de toda distorsión, en todos los aspectos, y en cada pequeño detalle de la creación. Este misterio está disponible para tomar parte en el, y según nuestra experiencia, por limitada que ésta sea, el amor es siempre la forma más elocuente, más indagadora y más enriquecedora de participar en el misterio central que es el Creador Mismo.

Y así, en las experiencias infinitesimalmente estructuradas, a través de todas las densidades, y existiendo como criatura en una forma tras otra, superando las más grandes expectativas de cualquier criatura en particular, se halla disponible la posibilidad de acceder a una relación directa con el misterio de la creación, y hacer de este misterio un acontecimiento de la creación misma cuando al Creador se le ofrece la posibilidad de participar en una relación [que] la criatura ha puesto a disposición del Creador. Poner a disposición ese mágico momento recibe el sencillo nombre de amor.

Y así, cuando sois capaces de amar a vuestro prójimo, cuando sois capaces de amaros a vosotros mismos, cuando sois capaces de amar la totalidad de la creación con todas las deficiencias que podáis percibir en ella, con todas las personas difíciles que conozcáis, con todos los defectos que podéis observar fácilmente dentro de vuestro propio ser, entonces tenéis el regalo más grande que ofrecer al Creador y que el Creador podría desear. El Creador entonces llega a conocer al Creador, precisamente del mismo modo que cuando amáis a alguien, cuando llegáis a conocer a alguien de una manera tan profunda como jamás podría darse si la onda portadora de esa relación no fuese sino amor.

Ahora bien, por supuesto, realmente no hay nada como el amor para ser la onda portadora, y sin embargo podemos hablar del amor disminuido en su capacidad, y podemos hablar del amor en su capacidad más plena. La lucha que suponen vuestros asuntos cotidianos puede verse simplemente como un esfuerzo para desplazar lo que está mermado a una condición o una configuración en la que hay más plenitud, más realización, más profundidad.

Ahora bien, sería fácil suponer que se diera el caso de que en un día brillante y resplandeciente, todos fueran capaces de devolver el amor plenamente al Creador, que el Creador quedase totalmente expuesto a sí mismo, y finalmente se conociera a sí mismo en Su totalidad. Sin embargo, nuestra experiencia nos dice, (y una vez más nos gustaría reiterar que nuestra experiencia es limitada), que ni siquiera sabríamos cómo empezar a agotar el misterio del Creador, o el misterio de la Creación. Es verdaderamente una fuente inagotable. Y ese carácter inagotable es algo que puede observarse en cierta medida en vuestras experiencias de amor por vuestros semejantes. Porque cuando amáis a vuestros seres queridos, cuando amáis a vuestra esposa, cuando amáis a vuestro marido, cuando amáis vuestros hijos, cuando amáis a vuestros amigos, cuando amáis a vuestras agrupaciones, cuando amáis a vuestro planeta, lo hacéis de tal manera que aquello que es amor no se ve disminuido. De hecho, extrañamente, lo que es amor parece aumentar, y una vez más nos enfrentamos a una paradoja o a un misterio, un misterio que es infinita y absolutamente inescrutable hasta el punto de que no podría serlo más, o sea, tanto más misterioso, cuanto más amado, y sin embargo, nos parece que esto es exactamente lo que sucede. Nos parece que la creación se convierte en más, y que el concepto de infinito, de un modo muy extraño e incomprensible, es susceptible de convertirse en más. Y más que eso, su naturaleza intrínseca es de tal naturaleza que su tendencia a ser más forma parte de su misma constitución, es parte de su estructura.

Por ello la creación adopta la forma de una invitación abierta, para que toda criatura, en todos los niveles, cualquiera que sea la manera en la que se exprese, participe en la expansión de lo que ya es infinito. Para que participe en el desarrollo de lo que es por siempre lo mismo y eterno. Para este contexto, no podemos hallar otra palabra mejor que la de misterio, y para la actitud más fructífera en relación a esta contexto, no podemos encontrar otra palabra mejor que la de amor. Porque en todo lo que amáis está contenido el misterio fundamental de su existencia que suscita en vosotros ese amor. Y cuando amáis, ponéis de manifiesto lo que hay en vuestro propio ser, que a su vez está formado de amor.

Habiéndolo hecho así, ¿no os resulta más fácil ser ese amor que ahora os estamos diciendo que sois? Y cuando lo hacéis, ¿no os resulta más fácil cuando llega el momento de participar en una actividad el permitir que un poco de esa actividad incluya el amor que sentís por vosotros mismos para amaros a vosotros mismos? Amar a los demás a vuestro alrededor es capaz de suscitar ese amor por vosotros—que es un don tan grande como nunca se os dará.

Amar a aquellos que no os parecen dignos de ser amados es, sorprendentemente, un regalo aún mayor, porque cuando sois capaces de encontrar en vosotros mismos aquella resonancia de amor que puede tender la mano a aquel que no lo solicita, sino que por el contrario más bien parece rechazarla, avanzáis poco a poco, aunque sea tenuemente, hacia una plenitud de todo vuestro ser, hacia una realización de vuestro propio ser como unificado, y cada experiencia de amar al ser que no parece digno de ser amado, cada experiencia de unificar lo no unificado, es una experiencia del Creador encontrando a Su amor perdido volviendo a casa, regresando a su fuente. Y al hacerlo, también le dais la oportunidad a ese otro centro del ser, a esa otra encarnación individual, la oportunidad, quizá, de experimentar (una vez más, por poco que sea), un aspecto de sí mismo, de él mismo, de ella misma, que no era accesible previamente. Y así el amor cura muchas heridas, los puentes de amor más de una división. El amor se ofrece a si mismo tanto como una posible actividad, como un estado del ser que constituye la esencia misma, el origen mismo, el destino mismo de toda la Creación.

Creemos que, aunque este tema es inagotable en sí mismo, y podría ser examinado de muchas maneras diferentes, lo que hemos dicho hasta ahora es suficiente para comenzar a alentar a la reflexión, y alentarla en aquellos que buscan una resonancia con un tipo de energía que puede sustentar esa búsqueda. Y así, querríamos devolver este contacto al conocido como Jim para averiguar si en esta reunión hay otras rutas a las que dirigirnos que puedan ser útiles para los aquí presentes. Soy Q’uo, y dejamos este instrumento en el amor y en la luz de la Única Fuente Infinita de todo Amor y toda Luz. Adonai queridos amigos, Adonai.

(Jim canalizando)

Soy Q’uo y estoy de nuevo con este instrumento, y apreciamos de este instrumento que nos ponga a prueba en el nombre de aquel que le resulta más querido, en el nombre de Jesús el Cristo y del amor incondicional. En este momento querríamos preguntaros si siguen habiendo preguntas a las que podamos responder.

El grupo tiene más preguntas, comenzando con: Por favor, describid las circunstancias en las que la honestidad se convierte en un catalizador, y hablad acerca de las herramientas internas y el conocimiento que se utilizan para procesar ese catalizador.

Soy Q’uo, y estoy al tanto de la pregunta, querido hermano. Podría decirse que la honestidad es una cualidad que se complementa con la oportunidad para el aprendizaje y para el servicio a los demás, y que permite por su propia naturaleza corresponder en la misma medida para un intercambio armonioso de energías. Por lo tanto, una pregunta honesta, una respuesta honesta, incluso una honesta confusión, es una especie de invitación a que se presente el catalizador, porque la virtud de la honestidad no es una de las que más se utilizan dentro de vuestra ilusión de tercera densidad. Es una cualidad que rara vez se domina. De hecho, es difícil encontrar dos entidades que puedan expresarse con total honestidad el uno hacia el otro en cada momento. Así, cuando uno percibe que hay una falta de honradez por mínima que sea en el intercambio de energías entre él mismo y otro, entonces se produce la ulterior pregunta acerca del motivo de la falta de honradez, haciendo necesario intercambiar aún más energías con el resultado esperanzador de que cada entidad sea capaz de procesar el catalizador requerido para el intercambio de energía adicional. Y dentro de ese intercambio y procesamiento del catalizador, ser capaces de alcanzar esa expresión honesta de los sentimientos y pensamientos dentro de cada ser.

El hecho de que esto sea tan difícil dentro de vuestra ilusión garantiza que encontraréis todos los días muchas oportunidades para procesar catalizador si -sois Wi- corregimos a este instrumento, si estáis dispuestos a participar con otra entidad en este proceso, y participar hasta que el proceso se haya completado. La situación ideal sería que la comunicación se intercambiase entre cada entidad durante el tiempo que lleve alcanzar el nivel de honestidad con el que cada uno quede satisfecho. Porque podéis descubrir que las cualidades de la honestidad son de aquellas a las que se les ponen muchas barreras, porque dentro de cada experiencia con el catalizador, hay varios elementos, varios ingredientes que intervienen en la comunicación. Algunos pueden ser de naturaleza mental y objetivamente descriptivos. Otros pueden ser de naturaleza emocional y estar teñidos con los sentimientos de la entidad que asimismo se hallan distorsionados de tal o cual manera, conforme al modo en que esa entidad haya deseado experimentar su propia creación.

Esto, por supuesto, queridos amigos, nos hace retroceder hasta aquellas opciones pre- encarnativas que cada uno ha hecho y que le permiten a uno ver al catalizador de tal o cual manera, por lo que tal vez dos entidades observen el mismo catalizador y lo vean de distinta manera ya que ese es su modo de ser, y esa es la forma en que se han programado a sí mismos para poder usar el catalizador, para producir ciertos efectos: tal vez el fortalecimiento de la voluntad, tal vez la resistencia, tal vez la capacidad de expresar los sentimientos del corazón, tal vez la capacidad de abrir por primera vez el rayo azul de una comunicación clara. Las posibilidades son infinitas, queridos amigos. Por lo tanto, cuando os implicáis de manera consciente facilitando una comunicación honesta con otro ser humano, estáis de hecho implicándoos en la esencia de la ilusión de tercera densidad, por así decirlo, haciendo claro lo que no lo está, y enmendando todo aquello que se ha dividido, aquello que ha sido lastimado.

Estos son nobles esfuerzos, queridos amigos. Acometer estas actividades no resulta fácil. Pero si sois buscadores conscientes de la verdad, estará en vuestro modo de ser y será vuestro deseo hacerlo en vuestra rutina diaria por encima de todo, sin importar lo que tengáis que hacer a lo largo del día. Y así hallar armonía donde había discordia, hallar paz donde había inquietud, hallar conciliación donde había ruptura, es más importante que hacer la compra, que hacer recados, que llevar a un amigo a un lugar o destino. Porque conducirte a ti mismo y al otro hacia el meollo de lo que tienes por verdadero de una forma honesta es uno de los mayores regalos que puedes darle al otro, y de hecho a ti mismo, y en última instancia al Creador que reside dentro de ti y descubre más de sí mismo a través de tu trabajo para descubrirte a ti mismo.

Esta es una excelente labor a realizar, queridos amigos, y que tendréis la oportunidad de cumplir durante cada día que os encontréis en este planeta de tercera densidad.

¿Hay alguna otra pregunta, querido hermano?

Gracias, Q’uo. La consulta siguiente es: En la tercera densidad tenemos un velo muy denso. ¿Qué consejo nos daría Q’uo para enseñarnos a escuchar a nuestra propia intuición más detenidamente?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, querido hermano. Sí, queridos amigos, tenéis el velo del olvido que separa el consciente de vuestra mente subconsciente, con objeto de hacer más difícil de percibir la unidad de la creación, con objeto de hacer más difícil de percibir el amor que hizo todas las cosas, y asimismo, de la luz de la que están hechas todas las cosas, hacer otro misterio en el que adentrarse. Este velo de olvido es vuestro gran amigo; aunque esconde la gran joya, el tesoro, la perla de gran valor dentro de vuestra ilusión, y os lo oculta a diario, sin embargo, si sois capaces de utilizar tanto la intuición que está disponible a través de vuestra mente subconsciente como las facultades mentales de análisis, y con vuestro deseo espiritual para avanzar en vuestro progreso hacia la unidad con el único creador, os resultará posible penetrar el velo, en cierto grado, mayor o menor según la fe y la voluntad que se pongan al ejercitarse en este proceso. Seréis capaces de aclarar que lo que no está claro, seréis capaces de poner a vuestra disposición aquello que os parece velado, porque como sabéis hay mucho que se halla oculto en esta ilusión, debido a la presencia de este velo.

Sin embargo, el buscador consciente tiene la gran ventaja de que su búsqueda es deliberada, y está dispuesto a presentarse a esta gran búsqueda para descubrir lo que está oculto, no sólo en la ilusión que le rodea, sino también muy dentro de su yo—para encontrar ese camino a través de su intuición, a través de esa pequeña voz del Creador que reside dentro de vosotros para ofreceros sugerencias, pistas e indicios de los caminos a seguir; y después, si tenéis la fe y la voluntad de seguirlos, y fortaleza y perseverancia para continuar, hallaréis gran recompensa a vuestra disposición.

¿Hay alguna otra pregunta, querido hermano?

Gracias, Q’uo. Las siguiente de las preguntas dice: Muchos de nosotros tenemos personalidades adictivas, ya sea al ingerir sustancias químicas, o comer en exceso, o hacer cualquier otra cosa. ¿Podría Q’uo hablarnos más acerca de estas adicciones y qué podemos hacer para que estas adicciones desaparezcan? Y gracias.

Soy Q’uo, y estoy al tanto de la pregunta, querido hermano. Amigos míos, aquello que llamáis adicción nosotros lo entendemos como una especie de muleta que a veces se implementa dentro de la encarnación con el fin de lidiar con situaciones difíciles que aún tienen que proporcionar conocimiento al buscador de la verdad. Entonces el buscador, un tanto desesperado, y tal vez incluso en un estado de desconsuelo y tristeza, ansía una cierta comodidad, al menos por un momento, para compensar lo que se siente al estar a falta de la comprensión de ciertas lecciones que se le presentan de manera cíclica, por así decirlo, y que, aunque le resulten familiares, todavía continúan siendo esquivas para la capacidad de comprensión del yo. Por ello busca una cierta comodidad en otra parte.

Esta búsqueda de comodidad es comprensible para aquel que está confuso, que tal vez esté harto de un empeño que no parece dar resultados tangibles, y al que se le siguen presentando de un roub- corregimos a este instrumento, periódicamente. También podríamos sugerir que a veces hay casos en los que estas sustancias y conductas adictivas son también parte de lo que hemos llamado la programación pre-encarnativa, para proporcionar de nuevo a la entidad la oportunidad de, quizás, fortalecer la voluntad que se ha debilitado por el momento. Quizás para orientar brevemente a la entidad en otro viaje que facilite lecciones que ofrezcan la oportunidad de abrir el corazón a otros que son adictos de igual modo, por así decirlo. Quizás uno necesite saber lo que se siente, con el fin de proporcionar esta ayuda a los demás, y deba encontrar la manera de curarse a sí mismo de este tipo de adicciones antes de que otros puedan ser ayudados del mismo modo.

Las posibilidades son infinitas, queridos amigos, y no nos es posible para la mayoría dentro de la ilusión de tercera densidad saber exactamente lo que una entidad ha programado. Sin embargo, si uno quiere hacer frente a la adicción de una manera directa, e intentar liberarse del dominio del yo sobre el yo y sobre los comportamientos, habilidades y potencialidades del yo, merece la pena buscar el asesoramiento y consejo de aquellos que están familiarizados con aquellas substancias a las que seáis adictos—humillarse uno mismo lo suficiente como para ofrecer el yo a aquellos que quizás conozcan qué camino tomar que pueda fortalecer la voluntad, que pueda animar el corazón, que pueda reafirmar el espíritu, que encauce de nuevo a la senda que uno ha elegido recorrer antes de encarnar. De esta manera, es posible encontrar la curación para sí mismo y ser capaces de compartirla con otros.

Somos conscientes de que resulta difícil para algunos encontrar ayuda esa manera, dependiendo de cual sea la sustancia adictiva, o el comportamiento adictivo, o los pensamientos adictivos. Las adicciones, queridos amigos, están siempre a disposición de las entidades dentro de vuestra ilusión de tercera densidad, para que se vuelvan parte de un hábito, y cada uno de vosotros es una criatura de hábitos y rituales y prácticas que proporcionan una sensación de seguridad al proseguir las actividades del día a día. Existe una especie de reforzamiento de los derechos fundamentales y del propósito del plan y del método de seguimiento de este tipo de hábitos, de tal modo que la cualidad de la adicción puede propagarse más allá de lo que normalmente se considera la naturaleza adictiva dentro de vuestra realidad, dentro de vuestra ilusión.

Podéis volveros adictos a cualquier cosa, o a hábito, o a persona o lugar, o tarea. Podéis descubrir que la mejor forma de analizar lo que quizá necesitáis para corregir vuestras adicciones sea aquello que os produce desasosiego cuando adoptáis a continuación pautas de adicción, hábito, cosa, lugar, persona. Si os sentís a disgusto con esta patrón, con este proceso, entonces tal vez sea el momento de buscar la ayuda de aquellos que conozcan mejor que vosotros cómo hacer frente a este tipo de adicciones.

¿Hay alguna otra pregunta, querido hermano?

Gracias, Q’uo. La consulta siguiente dice: Si es tan amable, háblanos de la Ley del Uno, de esa poesía en movimiento que es la ilusión que nos rodea, de la interacción mágica de ritmo, vibración y forma, de la plenitud de un perfeccionamiento sin fin. Háblanos, por favor, de la esencia de la Ley del Uno.

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, querido hermano. Ah, vemos el deseo de atravesar la ilusión, para ir a la esencia de todo lo que es. Este es un noble viaje , queridos amigos. Cada uno ve- corregimos este instrumento. Cada uno de vosotros está en el. No podéis hallaros en ningún otro camino porque ese es el único que hay. La esencia de vuestro viaje es buscar al Creador que está dentro de vosotros, el Creador que sois, el Creador que es todas las cosas. No puede mirarse de otro modo a una creación infinita de unidad. Al Creador le satisfizo hacerlo, lo que llamáis la creación, con el fin de poder conocerse a sí mismo a través del libre albedrío de cada una de sus entidades que ha creado. Desde el Logos de cada estrella en vuestros cielos, hasta el planeta sobre el que habitáis, cada una de las entidades con las que compartís la ilusión y cada uno de vosotros posee libre albedrío para ejercerlo como desee. Cada ejercicio del libre albedrío enseña más de sí mismo al Creador, y cumple el propósito de la ilusión. Cada una de vuestras acciones os revela más de vosotros mismos, y si sois conscientes del proceso de búsqueda, del Creador mismo, será un viaje de los que aman, del Creador amándoos con amor ilimitado, y de vosotros buscando y amando al Creador con amor creciente. En algún momento, encontraréis al Creador, no hay otro desenlace para el final de este viaje. En algún momento, el Creador conocerá todo lo que sabéis y os dará las gracias por todo lo que le habéis enseñado de sí mismo. En algún momento cada entidad dentro de esta gran creación infinita se fusionará de nuevo en unidad, devolviendo al Creador los frutos de este viaje a través de la octava de densidades en el que ahora viajáis. Todos vosotros os halláis en la más noble misión, todos vosotros lleváis a cabo una empresa quijotesca. Os saludamos a cada uno de vosotros, os bendecimos a cada uno de vosotros, os alentamos a cada uno de vosotros.

¿Hay alguna otra pregunta, querido hermano?

Q’uo, creo que hablo en nombre de todo el grupo cuando os damos las gracias por formar hoy parte de este círculo de búsqueda. La consulta por escrito final dice: Me resulta difícil imaginar “trabajar más allá de la tercera densidad.” Parecería que si se levantase el velo, las cosas serían obviamente todo uno. En ausencia de discordia, parecería que el trabajo podría ser de una lentitud desesperante. Y parecería que se podrían conocerse aquellas lecciones a las que dedicarse, y parecería que con el velo levantado uno sería capaz de sanar, aprender, etc. al instante.¿Podrían hablarnos acerca del tipo de trabajo que se realiza en densidades más allá de la tercera, y cómo varía su duración sin el velo del olvido?

Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta, querido hermano. Verdaderamente, cuanta verdad se ha dicho en esta pregunta. Y la consulta es muy acertada. La ilusión de tercera densidad es la que proporciona el catalizador más intenso a aquellos que se hallan dentro, porque esconde todos los tesoros y joyas de la creación a cada uno de los que están dentro de la tercera densidad. Cada uno debe buscar, poniendo lo mejor de su propio esfuerzo y talento, al máximo y lo mejor que sepa, y cada uno debe labrar su camino a través de la oscuridad, las dificultades, las dudas que le rodean a uno constantemente dentro de esta ilusión.

Con el tiempo, la luz comienza a brillar dentro de la mente, el corazón, el espíritu. Y la entidad avanza con mayor seguridad y más capacidad para concebir y comprender el camino que recorre. Finalmente, la entidad es capaz de graduarse, por así decirlo, en sentido positivo o negativo, y dejar atrás la tercera densidad y entrar en la cuarta densidad de amor y comprensión. Y de hecho, dentro de la cuarta densidad se halla el conocimiento de que esta es una creación de amor, una creación de unidad hecha de luz. Entonces, ¿cómo aprenden las entidades en la cuarta, la quinta, la sexta y la séptima densidad? Tenéis razón en que el proceso es mucho más lento que dentro de la ilusión de tercera densidad. Vuestra ilusión tiene sólo 75.000 años de duración, queridos amigos. Podéis pensar que es un gran lapso de tiempo en comparación con los setenta años que os toca desempeñar, y sin embargo, si nos fijamos en la cuarta densidad, es de treinta millones de vuestros años, la quinta densidad es de cincuenta millones de vuestros años, la sexta, setenta y cinco millones de vuestros años. La densidad de Posteridad no tiene medida.

Sí, el aprendizaje allí es mucho más lento, pero el aprendizaje se produce, porque cada entidad en la elección positiva de servicio a los demás se une a otros de su tipo para formar una agrupación mente/cuerpo/espíritu, que aquellos de Ra han denominado complejo de memoria social, de tal modo que las experiencias de todas las encarnaciones de cada entidad en el complejo están disponibles para todo el complejo de memoria social. Y con toda esta gran biblioteca de información disponible, la elección se hace siempre para estar al servicio de los demás, especialmente a los de la ilusión de tercera densidad que todavía se encuentran dentro del velo del olvido, el velo de la oscuridad. Por lo tanto, la tercera densidad proporciona una oportunidad y un servicio a aquellos de las densidades más altas. Al estar desorientados, estáis proporcionando un servicio, queridos amigos. Tened valor; incluso dentro del caos prestáis un servicio. De este modo, las entidades dentro de las densidades más altas tratan de servir a los demás, así, los de la sexta puede servir a la quinta o a la cuarta cuando tengan preguntas relativas a la unidad y el equilibrio del amor y la sabiduría. Es posible que haya entidades planetarias que tengan dificultades en su proceso evolutivo, que tengan algún tipo de problema, tal vez con un sol que es viejo y no marcha bien, o con las placas tectónicas del planeta que están mal alineadas y que necesitan algún tipo de intervención. Hay varios tipos de complejos de memoria social para prestar servicio, pero como acertadamente deduces, es un aprendizaje mucho más paciente, se trata de un aprendizaje mucho más prolongado, se tarda mucho más de lo que llamáis tiempo, si bien el tiempo no se percibe del mismo modo en las densidades más altas. El tiempo está, diríamos, más asentado en un eterno presente de tal modo que todas las experiencias pasadas, presentes y futuras están disponibles de forma simultánea. De este modo, las experiencias no parecerían, digamos, tan dilatadas para los complejos mente/cuerpo/espíritu más altos como os lo parecerían a vosotros.

Ya que hemos llegado al final de las consultas, queremos agradeceros una vez más por invitarnos a estar presentes, nos habéis proporcionado un servicio muy grande al permitirnos hablar con vosotros, y al compartir nuestro amor por vosotros, y reconocemos la gran luz que habéis creado este fin de semana al buscar, participar y servir a los demás y al Creador. Esta luz es del todo evidente para aquellos de nosotros en densidades más altas. Nos reunimos en torno a ella para alegrarnos con vosotros, para alabar con vosotros al Único Creador que existe dentro de vosotros, y a vuestro alrededor, y en toda la creación infinita.

Se nos conoce como aquellos de Q’uo. En este momento vamos a despedirnos de este grupo. Os dejamos como os encontramos, en el amor y la luz. Paz y bendiciones, queridos amigos. Adonai vasu borragus.