La pregunta de esta tarde tiene que ver con el servicio y en qué dirección hacerlo. ¿Cómo podemos descubrir esta dirección, seguirla y llevar a cabo el servicio de la manera más armoniosa y eficaz posible?
(Canaliza Carla)
Q’uo
Soy Q’uo. Os saludo a todos en el amor y la luz del Creador Uno e Infinito. Os damos las gracias por habernos llamado esta noche. Estar con vosotros y compartir vuestras vibraciones de meditación, servicio y amor es una verdadera bendición. Expresaros humildemente nuestro pensamiento constituye nuestro servicio, y deseamos hacer especial énfasis en que se trata de un servicio que no es infalible, que todo lo que decimos debe someterse al criterio del interesado, pues cada uno de vosotros ya conoce todo lo que existe. Está a un nivel más profundo que la mente consciente. Sin embargo, cuando se proporciona una nueva verdad a la mente consciente, pero que se trata de una verdad personal, tendrá lugar una resonancia, una rememoración de que realmente es verdad, una certeza subjetiva que marcará la diferencia. Os pedimos que os quedéis sólo con los pensamientos que produzcan este impacto y que dejéis que el resto se los lleve el viento, pues no queremos ser un escollo para nadie.
Nos habéis pedido que hablemos del servicio a los demás. El instrumento nos ha pedido que seamos concisos. Debemos admitir que va a ser difícil ser concisos, pero intentaremos ser menos prolijos de lo que somos a veces.
Empecemos por observar la naturaleza del Creador Uno e Infinito. No está polarizada. No es ni buena ni mala. No es positiva ni negativa. Es. Y la condición de ser de lo que el Creador es, es algo que en vuestro lenguaje se denomina amor. Sin embargo, este amor tiene la fuerza y la intensidad del orgasmo. Así, incluso la experiencia del rayo rojo, que a veces parece tan básica y poco espiritual, se podría considerar una eucaristía para el espíritu, donde se conoce de primera mano y de inmediato al Creador Infinito. Esa energía es la que potencia la creación, la que se expresa mediante el rayo rojo al procrear hijos. Esto os hace a cada uno de vosotros personas muy poderosas, poderosas para con vosotros mismos, pues tenéis plena libertad para seguir las direcciones y realizar los movimientos que decidáis en vuestra experiencia encarnada. Sois libres de lograr lo que queráis. Sois libres para evaluar las experiencias de la vida y hacer elecciones. El libre albedrío es de suma importancia en el marco del servicio a los demás en el amor al Creador.
Por lo tanto, el primer acto de servicio a los demás es dedicar tiempo de forma constante, diaria, a trabajar con la disciplina de la personalidad. La disciplina de esa voluntad que a veces desea servir y a veces no. La disciplina ante esa falta de concentración que le hace a uno sentir emociones negativas innecesarias. La pérdida del punto de vista del amor que estáis cultivando y que os hace comportaros con vuestros hermanos y hermanas como si no fueran uno con vosotros y uno con el Uno Infinito.
Por lo tanto, animamos a todo aquel que desee servir a los demás a que avance cuidadosa y reflexivamente a través de cada experiencia que haya quedado adherida a la mente como un abrojo en la ropa. Está enganchada ahí; no pertenece ahí; es potencialmente dolorosa. Una vez que nos demos cuenta de esto, es hora de equilibrar este catalizador, de modo que se logre una comprensión de este tipo de cosas y se logre un equilibrio. Esto no significa que puedas sanarte inmediatamente de algún defecto de carácter que percibas subjetivamente. De hecho, debido a la eficacia de la ilusión, muchas veces no sabéis cuándo estáis sirviendo y cuándo no. Por lo tanto, el servicio primordial, especialmente el de los errantes que llevan consigo las vibraciones de su densidad de origen, es estar libre de cuidados, libre de preocupaciones, libre de juzgar, y libre de negatividad para que el espíritu pueda elevarse, el corazón esté contento, y el conocimiento de lo que uno desee hacer tenga las puertas abiertas, sin el bloqueo de la duda.
La herramienta más importante en esta primera fase, y de la que os recomendamos que nunca prescindáis a diario, es la meditación de escucha silenciosa. Hay otras formas de hacer el trabajo espiritual y son excelentes, pero esta primera forma de honrar al yo y abrir el yo más profundo que lleva al Padre en su interior es fundamental para el servicio en vuestra experiencia vital. Por lo tanto, meditad y escuchad.
Independientemente de las demás oraciones, canciones o disciplinas que utilicéis para el crecimiento espiritual, aquietad siempre la mente interior. No es necesario que sea una meditación larga. Sólo se necesita que empecéis a ser conscientes de que estáis pisando tierra sagrada y de que el Creador habita en vuestro interior.
Así podrás aprender a no maltratarte con una mala opinión de ti mismo. A no arremeter contra las circunstancias de la vida, sino más bien a aceptarlas. A convertirte, en definitiva, en una persona cuya vida transcurre en la eternidad, aunque dentro de la ilusión del tiempo y el espacio. Porque cada momento presente tiene una resonancia muy profunda hacia el origen de todo lo que es y hacia el final y el retorno a la Fuente. Abre suavemente las puertas a un conocimiento más profundo. Nunca lo fuerces. Intenta no dejarte llevar por el desánimo. No te juzgues si te pierdes una meditación, sino que simplemente vuelve a meditar al día siguiente.
Cada personalidad individual percibe subjetivamente los resultados de forma diferente. Por ello, no te podemos decir que te sentirás dichoso, en paz y lleno de amor mientras meditas. Para algunos, durante la meditación se trabajan muchas cosas a nivel inconsciente y quizás les resulte incómodo de alguna manera. Esperamos que esto te resulte aceptable, porque lo que se hace durante el proceso meditativo es simplemente eliminar los venenos que se sitúan cerca de la parte superior de la mente inconsciente, a nivel subliminal. El proceso saca a la luz cualquier cosa negativa para que puedas verla. Reconócelo como parte de ti mismo. Tómalo en tu pecho y ama esa parte de ti mismo como lo harías con un niño. Necesitas creer que eres un ser completo. Ese es el primer paso hacia el servicio a los demás.
Ahora bien, en la ilusión nadie está completo. Nadie puede percibir a otro como completo. Cuando uno toma consciencia de las diversas facetas de cualquier personalidad, toma consciencia de los defectos de carácter que el observador percibe subjetivamente. Que éstos sean defectos puede no ser necesariamente así, pero para ti y tu universo, para tu mentalidad y tu servicio, tu opinión es todo lo que hay. Así que observa cuidadosamente, objetivamente y con amplitud de miras las opiniones que sustentes. Promueve las que parezcan crear más positividad. Rechaza las que sean autodestructivas o que no sirvan a los demás sino al yo.
Ahora bien, cada cual empieza necesitando el servicio a sí mismo casi por completo. Cada uno de vosotros recapitula la niñez de la especie humana durante la infancia, ya que simplemente pide a gritos lo que necesita y una naturaleza bondadosa se lo proporciona a todos, excepto a unos pocos.
Ahora, con este trasfondo en mente, nos gustaría analizar el concepto de servicio a los demás. Lo hemos dicho antes y creemos que es un punto importante, a saber, que el servicio a los demás no equivale a complacer a los demás. El servicio a los demás significa actuar de tal manera que uno tenga la esperanza de compartir con su colega pensamientos inspiradores, de amor, de compasión, de paz y de comprensión. Lo que alguien quiera oír, lo que quiera que suceda, no siempre le servirá a esa entidad. Y sólo tu discernimiento te concederá la gracia de saber cuál ha de ser tu servicio.
Es seguro que tienes un servicio y que en este momento está ante ti. Eso es cierto para todos. La creación es cuestión de orden y cada uno de vosotros eligió un camino de vida que se proponía aprender ciertas lecciones personales sirviendo de ciertas maneras. Tal vez la más obvia de estas formas, que es la crianza, la enseñanza y el cuidado de las almas jóvenes, es la menos apreciada. Esto ha sido extremadamente infravalorado y encomendado a aquellos que no son los padres, sino los docentes a los cuales les ha sido confiado el niño. Este servicio es muy, muy importante, ya que estás cultivando y plantando en el suelo fértil de una mente que está pendiente de cada palabra tuya, el mundo que ese joven descubrirá para amar o despreciar, para sentirse bien o para sentirse disgustado. En este servicio, nada dramático y extremadamente difícil, son los padres quienes tienen la oportunidad tanto de explicar esa idea y lo importante que es, como de explicar esas zonas grises, como las llamaría este instrumento, que cubren el mundo real de los estados nación civilizados, donde cada transacción se registra en papel y en el ordenador, y así sucesivamente hasta el punto de que el género humano se ahoga en su propio conocimiento intelectual.
Cada cual va a trabajar casi todos los días y cada cual recibe una paga. Cuando uno realiza un trabajo espiritual, va a trabajar todos los días, pero no cosecha lo que siembra. Lo cosechan aquellos a quienes uno da. Y aquellos a quienes das te darán y cosecharás lo que ellos te ofrezcan. Y lo que les ofrezcas se reflejará casi con seguridad en lo que ellos te ofrezcan a ti. Por lo tanto, ser simplemente consciente en cierto modo, estar enamorado de la vida, estar enamorado de la eternidad, darse cuenta de la perspectiva a largo plazo al desear sinceramente servir a los demás, son cosas muy, muy importantes—pero no debes juzgarte a ti mismo. Y si llega un momento en que sabes que algo puede agradar a otro, pero no servirle, es entonces cuando debes decirlo, con delicadeza y comprensión, explicándole tu punto de vista y dejándole que aprenda de tu punto de vista una manera más espiritual de observar la dificultad que se le presenta.
Hoy en día hay muchos, muchos tipos diferentes de servicio a los demás. Nos hemos dado cuenta de que en la new age, como así se la llama entre vuestra gente, casi todo el mundo desea emprender algún servicio dramático. Algún servicio que cambie las cosas, algún servicio que sea noticia. Amigos míos, esto rara vez ocurre. Sin embargo, no es menos cierto que lo que tengáis entre manos en un momento dado es aquello en lo que podéis servir, y que el hecho de estar en el contexto en el que estéis no es fortuito. Vuestro servicio está ahí. Vuestro aprendizaje está ahí. Cuando ya no esté ahí, vuestra vida avanzará inexorablemente hacia el siguiente paso.
Ahora bien, los que meditan cada día y trabajan en la consciencia pasarán gran parte del tiempo sintiéndose incómodos porque están cambiando. El cambio es casi siempre doloroso. Cuando uno tiene que dejar de pensar de cierta manera porque es incorrecta y ha de corregir esa forma de pensar, es como si uno tuviera que eliminar un programa completo de un ordenador. Deshacerse de ese programa, que uno ha llegado a la conclusión de que no está al servicio de los demás, libera una enorme cantidad de energía que a menudo se experimenta como una gran desazón. Reconoce esa incomodidad y bendícela, porque con ella creces. Por ella polarizas. Gracias a ella tomas decisiones positivas. Tu mismo, sin embargo, eres un servidor. Todos los que están al servicio de los demás necesitan cultivar, junto con el conocimiento de sí mismos como completos y perfectos, la comprensión de que el ser humano es muy imperfecto, está completamente bloqueado dentro de una ilusión y muy necesitado de más información, más herramientas y más recursos para trabajar en su camino hacia el Uno Infinito. No hay dos caminos iguales y, por lo tanto, quisiéramos sugerir a aquellos que desean servir a los demás que se reúnan en grupos e intercambien ideas para que la energía del grupo pueda realizar un servicio que no sería posible para una sola persona.
No siempre la palabra sabia o la sonrisa compasiva prestan servicio a los demás. Hay momentos para escuchar y no decir nada. Hay momentos en los que hay que ser confrontador y quirúrgico, y franco y honesto porque la entidad a la que deseas servir tiene que conocer tu punto de vista. No lo hagas a menos que te lo pidan. Pero cuando te lo pidan de forma comprensiva, exprésate en una comunicación clara, en un rayo azul brillante. Porque verás, tu mente más profunda es telepática y a menudo puedes sentir que conoces cosas que no sabes cómo las has llegado a saber. Pero la mente consciente es cualquier cosa menos telepática. De hecho, sin entrenamiento está casi garantizado que no sea telepática, porque las distracciones, el ruido, la actividad y la poca profundidad de la ilusión que disfrutas no favorecen la profundidad del ser. Lo que estás buscando como alguien que busca servir a los demás es una profundidad y resonancia del ser cada vez mayor.
Al trabajar sobre ti mismo, empiezas a reconocer las situaciones, a darte cuenta de las oportunidades en las que tal vez puedas ofrecer un pensamiento o un principio espiritual que pueda servir de inspiración o de ayuda a un hermano o a una hermana. Muchas, muchas de esas pequeñas conversaciones, esos momentos de escucha, entre otras cosas, pueden no parecer nada en absoluto, no un servicio, sino simplemente una forma de pasar el rato. Esto es virtualmente imposible. O se desea servir o no se desea servir; rara vez se es indiferente. Sin embargo, mucha de vuestra gente está muy orientada hacia la indiferencia porque han utilizado la ilusión para distraerse por completo de pensar o ser conscientes de cosas más profundas dentro de las que yace el misterio de la creación y del Creador.
Para protegerte como un servidor simplemente rodéate de luz blanca y muévete hacia el mundo con la mirada puesta en la eternidad. Con una perspectiva más amplia, y cualesquiera que sean tus habilidades—y encontrarás esas habilidades—hazlo en primer lugar por amor al Uno Infinito y en segundo lugar por la convicción de que la entidad a la que deseas servir es el Uno Infinito.
Muchas entidades entre vuestra gente y a quienes les hablamos en este momento sienten mucha soledad dentro de vuestra ilusión de tercera densidad, porque es difícil lidiar con vibraciones duras y de confrontación que hacen que uno tome decisiones sin tener conocimiento suficiente. Esa es la clave. Nunca se te da suficiente conocimiento para tomar una decisión intelectual. Debes meditar, escuchar, para que puedas inspirarte intuitivamente y saber cuándo ha llegado el momento de concentrar cada ápice de tu ser en el amor y la compasión por el otro. No hay servicio pequeño. Todo servicio se mide por la intensidad de la intención de servir. Esto es lo que comprobarás cuando revises tu encarnación.
En consecuencia, os pedimos a todos los que queráis ser de servicio que tengáis la profunda convicción de que el servicio al Creador es libertad perfecta. Si uno experimenta la necesidad de servir a los demás como una especie de trabajo o tarea, nunca lo hará con el corazón ligero y la palabra alegre. Sabed que debéis adoptar un tono desenfadado y una actitud paciente y permitir que las situaciones se desenvuelvan hasta que veáis y se os pida una oportunidad para prestar servicio. Cualquier cosa que pueda ayudarte [ayudar] a otro en su camino, cualquier consuelo para el que está desanimado, cualquier consuelo para el afligido, alguna compañía para el solitario, cualquier bálsamo para el enfermo, cualquier visita a quien no lo ha sido. Todas estas cosas, aunque visites a un extraño, son puros actos de amor y servicio a los demás en nombre del Creador Uno e Infinito.
En consecuencia, a algunos puede serles dado el don de la comunicación, como el que tiene este canal. A otros, el don de la sanación. A otros, la capacidad de enseñar/comunicar muy claramente. Hay infinitas maneras—corregimos a este instrumento—hay un número infinito de maneras de servir, por lo tanto tu flexibilidad y acuidad al observar el momento presente es tan útil como tu sentido del humor. El sentido del humor es muy importante en vuestro crecimiento espiritual. Aquel que se vuelve serio y solemne con el peso del servicio espiritual no está preparado todavía para este nivel de servicio y quizás necesite encontrar un servicio más obvio como el voluntariado en prisiones, en hospitales, en hospicios, etc.
Te corresponde a ti calibrar cada oportunidad y ver si tu corazón te lleva hacia esa oportunidad. Una vez más, lo que dependerá de la meditación será simplemente el deseo que tengas de comunicarte con tu ser interior más profundo para encontrar el punto de vista de la eternidad y llevarlo contigo en tu consciencia a través de este curso de vida hasta que tu vehículo físico haya hecho su trabajo y te liberes de nuevo del pesado cuerpo químico que ahora disfrutas.
Cada vez más personas empiezan a sentir el sentido de servicio a los demás que implica la idea de vivir en una comunidad muy cohesionada en la que cada uno puede ayudar a los demás. Este es el comienzo de vuestro complejo de memoria social de cuarta densidad. Estos impulsos, anhelos y necesidades que lleváis dentro de una situación comunal, de estar en el mundo, de formar parte de un esfuerzo por servir, son precisamente lo que debería suceder a cada uno a medida que la tercera densidad llega a su fin en vuestro planeta y comienza la cuarta densidad. Por lo tanto, nunca infravaloréis a las entidades de ideas afines, porque los que tienen una mente afín y ambos tienen fe—una fe profunda y duradera en cosas desconocidas e invisibles—pueden llegar a ser la luz más poderosa, la fuerza sanadora más poderosa que uno pueda ofrecer dentro de esta ilusión.
En primer lugar, sugerimos que se elija cuidadosamente el lugar de meditación; un lugar que no se utilice excepto para la meditación, a ser posible. En cualquier caso, meditar en el mismo lugar y a la misma hora del día es muy útil, ya que el cuerpo es criatura de hábitos. Cuando uno se asoma al mundo, reforzado y refrescado por el hálito de la eternidad, tiene dos opciones. Uno puede contemplar el esmog, digamos, espiritualmente hablando, de vuestra esfera y de la gente que la habita. O bien, uno puede considerar las posibilidades. Cuando se adopta una perspectiva más amplia, el nivel de posibilidades aumenta enormemente. La entidad de servicio a los demás que medita fielmente será más y más intuitiva, más y más creativa al saber de alguna manera, sin saber cómo, lo que siente que es correcto hacer para ser una entidad al servicio de los demás.
Ahora bien, cada uno de vosotros se hace diferente una y otra vez y no se puede esperar que sólo tengáis un único tipo de servicio, porque las situaciones de la vida cambian, los caminos del servicio cambian. Esta es la densidad de la elección, pero mientras cada elección sirva a los demás, polarizaréis y continuaréis polarizando y por la intensidad de vuestra pasión por ayudar, iluminaréis la consciencia del planeta Tierra de una manera que no puede describirse excepto para decir que está salvando vuestro planeta. Muchas, muchas más entidades entre vuestras gentes están intentando aligerar y apaciguar la indómita voluntad de la humanidad. Alienta a esas entidades en tu entorno a que realicen esos gestos. En cuanto a vosotros, manteneos en contacto con vuestro verdadero yo. No os desaniméis cuando no podáis encontrarlo. Tan sólo está en otro lugar. No se ha perdido. Simplemente continúa, persistente y fielmente. Aunque todo instinto os diga que no estáis progresando, esos instintos—corregimos este instrumento—estos instintos son erróneos porque cada intento honesto de servir alivia la consciencia planetaria y os polariza cada vez más. Cada uno de vosotros tiene la oportunidad de graduarse a cuarta densidad, de lo contrario no estaríais aquí en este momento. No hay suficientes cuerpos para albergar a todos los que están en la tercera densidad en este momento, así que los que estén experimentando una encarnación en este momento la están experimentando porque su nivel vibratorio era tal que eran capaces, con trabajo y oración…
[Termina el lado uno de la cinta.]
(Canaliza Carla)
Puedes intentar actuar con sabiduría, pero puedes no conseguirlo. Esto no es importante. Lo que polariza a un individuo hacia el polo positivo es la intensidad del intento y el deseo de ayudar. Este es tu objetivo: ser cada vez más positivo, cada vez más lleno de luz, cada vez menos atado a las trampas de la sociedad materialista.
El instrumento nos está indicando que tenemos que dejarlo para que puedan formularse preguntas y lamentamos que aún quede más por decir sobre este tema, como dijimos al principio. Sin embargo, este instrumento es algo estricta en cuanto a la duración de nuestros debates y hemos llegado al final. En consecuencia, agradecemos a este instrumento que se haya puesto una vez más a nuestra disposición y, en el amor y la luz, transferimos este contacto al que conocemos como Jim. Soy Q’uo.
(Canaliza Jim)
Soy Q’uo, y os saludo de nuevo en el amor y la luz a través de este instrumento. En este momento tenemos el privilegio de ofrecernos para intentar responder a cualquier pregunta que aún puedan tener en mente los aquí presentes. ¿Hay alguna pregunta en este momento?
Carla
Bien, tengo una pregunta. No sé si podréis responder o no. En las meditaciones que estamos teniendo últimamente nos visitan entidades que se denominan a sí mismas miembros de la Confederación pero que no superan el desafío. Parece que esto se está intensificando o parece que ocurre mucho más a menudo de lo que solía ocurrir. De hecho, parece ocurrir prácticamente en todas las ocasiones. Me pregunto si podríais hablar de los principios espirituales generales que hay detrás de esto y qué se podría hacer para seguir garantizando que sean rechazados.
Q’uo
Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu consulta, hermana mía. La intensificación del deseo por parte de quienes en este círculo buscan prestar servicio y ofrecer el yo como instrumento para nuestras palabras y las palabras de otras entidades de la Confederación de Planetas al Servicio del Creador Único se asemeja a una luz resplandeciente que atrae la atención de aquellas entidades que reconocen el poder de dicha luz y que quizás puedan ser de la orientación que busca prestar servicio al yo y tomar el poder que pudiera encontrarse dondequiera que se encuentre y utilizarlo para el yo. A medida que ocurra este hecho, notaréis un aumento de la presencia de tales entidades y será necesario que ejercitéis el desafío a los espíritus, con los que ya estáis muy familiarizados.
En cierto sentido, podéis considerar este fenómeno como una especie de [inaudible] del trabajo que realizáis, que sin embargo, requiere [inaudible] vigilancia para que los contactos que permitís hablar sean de la naturaleza más beneficiosa y positiva posible. Encomiamos esta vigilancia y sólo podemos sugerir que continúe, porque a medida que cada entidad avanza en el camino de la evolución, se le presenta un conjunto cada vez mayor de lo que podríais ver como desafíos, que tienen el efecto esperado de aumentar el propio deseo, discernimiento y capacidad, y en última instancia, de servir de la manera que se haya elegido. Por lo tanto, lo que os ha sido útil cuando habéis prestado servicio como canal vocal—es decir, discernir y desafiar a los espíritus y la sintonización requerida [inaudible] al comenzar la meditación—son cualidades que os seguirán siendo útiles. El servidor fiel que se ofrece de continuo y que trata de permanecer fiel es el que más apreciamos los que atesoramos esos contactos con vuestros pueblos, ya que, a través de ellos, podemos dar contenido y sentido a los conceptos que se nos piden y que esperamos que sean de utilidad a medida que [inaudible].
¿Hay alguna otra consulta?
Carla
No, gracias, Q’uo.
Q’uo
Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermana mía. ¿Hay alguna otra pregunta en este momento?
Interrogador
[Inaudible]
Q’uo
Soy Q’uo, y estoy al tanto de tu pregunta. Somos muy conscientes, por nuestra propia experiencia, de que incluso con la intención más pura puede darse, como has comentado, una situación peor de la deseada y, de hecho, que parezca perjudicial para aquellos a quienes se ofreció ese servicio. Este camino es el de la ilusión, hermano mío. Porque cada uno de nosotros se maneja en un tipo u otro de ilusión en la que mucho de lo que hay es distinto de lo que parece. Los acertijos y rompecabezas de la creación, tanto internos como externos, son las cosas que nos impulsan a cada uno de nosotros a buscar la solución final en la unidad con el todo.
Sin embargo, en ese viaje cada cual—incluso con las más puras intenciones—verá que el esfuerzo se queda corto. Así ocurre con todo aprendizaje, porque se intenta ofrecer el yo dentro de una ilusión en la que el yo y el otro yo se ven con menos claridad y nitidez de lo que realmente son. Así, con tales impedimentos, digamos, es previsible que haya esfuerzos que se queden cortos. Por eso, el ser capaz de reflexionar sobre la experiencia propia y ver cada parte como una pieza de un rompecabezas y mejorar el ajuste de cada pieza en esfuerzos subsiguientes por servir, es el medio con el que se adquiere sabiduría.
Sin embargo, dentro de vuestra ilusión, la intención, el deseo, la motivación, la pasión por servir es de suma importancia, porque nutrir esta pasión es lo que abre lo más profundo del corazón para que uno pueda darse en un sentido ilimitado e incondicional y, dándose así, expresar con la mayor pureza la compasión y el amor incondicional que son el fundamento de toda la creación.
Refinar esta gran efusión de dedicación es una labor que, digamos, vendrá después de nutrir esta pasión en sucesivas densidades de experiencia. Primero deben descubrirse esos fundamentos en la entidad individual, para que el comienzo de la búsqueda y el servicio conscientes se asienten sobre una base firme. Deja caer los errores de apreciación como sea y alimenta siempre esa pasión, esa intención, esa motivación. Este refinamiento encontrará un momento, una etapa dentro de tu ser que resultará la más apropiada para manifestarse. Sin embargo, sabemos que, como seres conscientes, cada buscador y servidor asumirá una pequeña parte de ese refinamiento a medida que continúe su viaje de servicio y búsqueda. La fuerza motivadora que permite que ese viaje continúe es la pasión, un gran deseo de prestar servicio, incluso si ese deseo se queda corto respecto al ideal.
¿Hay alguna otra pregunta más, hermano mío?
Interrogador
[Inaudible]
Q’uo
Soy Q’uo, y te damos las gracias, hermano mío. ¿Hay alguna otra pregunta en este momento?
Carla
No, gracias.
Q’uo
Soy Q’uo, y ha sido un gran privilegio y placer que nos hayáis pedido unirnos a vuestro círculo de búsqueda esta noche [inaudible] Os damos las gracias a cada uno de vosotros por este gran honor. Os recordamos a todos que ofrecemos lo que constituye nuestra experiencia, nuestro aprendizaje y nuestra opinión, y no deseamos que nada de lo que hemos dicho se convierta en un escollo en vuestro camino. Si algo no os suena a verdad, por favor, olvidad esas palabras [inaudible]. Estaremos con cada uno de vosotros en lo que llamáis vuestro futuro. A quienes lo soliciten, estaremos encantados de unirnos a cada uno en meditación silenciosa para que la meditación pueda ser más profunda. En esos momentos no hablaremos de ninguna forma vocal, sino que simplemente mezclaremos nuestras vibraciones con las vuestras para que podamos estar en tabernáculo con vosotros [inaudible] Creador Uno e Infinito.
Ahora vamos a despedirnos de este instrumento y de este grupo, dejándolos, como siempre, en el amor y la luz del Creador Uno e Infinito. Nos conocéis como los de Q’uo. Adonai, amigos míos.